“La poesía como yo la entiendo y como la conozco, cambia el mundo de las personas que caen bajo su embrujo. La poesía aparece en muchos lugares, en lugares viejos, nuevos, conocidos, desconocidos, comunes, marginales, donde no la esperaríamos; es permanente y aparece incluso en las canciones”, explicó el poeta estadunidense Jerome Rothenberg en su paso por México.
Rothenberg se presentó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde presentó su libro Testigo y milagros, evento en el que una persona del público lo cuestionó sobre el papel que tiene la poesía:
“Ésta siempre es una pregunta muy difícil de responder, que siempre preguntan y que no tienen una respuesta clara. Lo que sí puedo decir es que la poesía tiene un lugar en el mundo, en lo que tal vez diferimos es en el mundo de poesía. El poeta puede, con mayor o menor éxito, dirigir su mirada hacia las posibilidades del futuro, teniendo siempre en cuenta lo que el pasado no ha ofrecido y las posibilidades que nos ha dejado”.
Según indicó Jerome Rothenberg, una de las tareas de los poetas es ser visionario: “Esto se deriva del hecho de que el trabajo poético tiene mucho que ver con el trabajo chamanístico. El chamán es alguien que ve visiones, que escucha voces y aunque actualmente esto se lo atribuimos a los locos, el poeta sí tiene algo de esto”.
Sin embargo, el escritor estadunidense distinguió entre los visionarios y los profetas: “Con frecuencia los poetas son buenos visionarios, crean buenas visiones, pero no funcionan como profetas, sus visiones son buenas pero sus profecías no tanto”.
PROTESTA. Una veintena de personas colocó veladoras y pancartas a las afueras del Palacio de Bellas Artes, con el objetivo de mostrar su indignación con respecto al incendio en un albergue de Guatemala que dejó a 33 mujeres muertas, por lo que alguien del público le preguntó al poeta por qué la poesía se siente tan alejada de la gente:
“El terror y la tragedia no siempre entran en la poesía, no se dicen siempre, pero sí creo que ocupan un lugar fundamental en ella. La poesía no tiene por qué excluir el presente, todo lo contrario, a pesar de que muchas veces la poesía puede parecer dispersa por ocuparse de muchos fenómenos al mismo tiempo, creo que nunca deben relegar el terror y los problemas a los que se enfrenta el mundo, siempre deben de tener un lugar en la poesía”.
LIBRO. Testigo y milagros contiene Poema de milagros (A Poem of Miracles) y Un testigo más (A further Witness), entre otros, fueron leídos por Jerome Rothenberg, quien utilizó música y cantos para generar un performance.
El libro coeditado por la Universidad Autónoma de Nuevo León y Matadero, fue traducido al español por el escritor Javier Taboada, quien habló de las características y temáticas que encontró en las creaciones de Jerome Rothenberg, como son el amor y la muerte:
“Al parecer son independientes, pero la obra de Jerome elude toda fragmentación, su trabajo poético que abarca más de medio siglo conforma un mundo del mismo modo que sus predecesores. Su mundo es un inmenso collage que abarca todas las instancias de lo humano y lo sobrehumano que hay en nosotros”, añade Taboada.
Con respecto a Testigo y milagros, Javier Taboada dijo que “amplía la imagen nítida de una obra en un mundo que aún no culmina y también es una invitación a recorrer el camino más antiguo que ha documentado la humanidad en toda su historia”.
En su turno, la poeta y novelista Myriam Moscona sostuvo que en Jerome Rothenberg encuentra a un inventor de espacios entre el inglés y otras lenguas, pues México está presente en las obras del poeta:
“Un humor corrosivo atraviesa gran parte de su obra, sin la denuncia obvia que mucha poesía mexicana padece el día de hoy. México está presente y vivo en muchos de sus poemas, Jerome Rothenberg enlaza mundos, no los divide, por ello es un poeta multicultural, como quedan muy pocos”.
FOTO:Especial
FUENTE:Excélsior
