Tal vez has estado tan ocupada que el gimnasio ha pasado a segundo plano, después de todo, por unos días que no vayas nada cambia, ¿no?
Veamos que dicen los expertos de dejar de ejercitarte por un mes:
1. Tu corazón late distinto.
«Después de 4 días de cero ejercicio aeróbico, tu corazón pasa a ser menos eficiente, por lo que puedes notar que te quedas sin aliento más rápido» dice Michele Olson, investigadora y profesora de la ciencia del ejercicio. ¿Estás muy ocupada para ir a tu clase de spinning? Contrarresta esto incorporando más actividad a tus tareas cotidianas, sugiere Olson. Camina lo más que puedas, sube y baja las escaleras, etc. De hecho, si limpias tu casa vigorosamente es como tener un gimnasio en casa.
2. Tus músculos se aflojan.
Las células musculares mantienen su fuerza entre 7 y 14 días, dice Olson, lo cual significa que tienes una o dos semanas de tiempo antes de que pierdas el progreso que habías alcanzado. Por esta razón, no debes preocuparte demasiado: en un estudio hecho en 2011, investigadores españoles encontraron que la persona promedio puede conservar una cantidad relativa de fuerza a pesar de tener 4 semanas de inactividad. Tus músculos puede que no sigan siendo tan enérgicos como lo serían si no hubieses tomado ese break, pero tampoco empezarás de cero cuando vuelvas del hiato de un mes.
3. Las habilidades por las que trabajaste más duro desaparecen.
«Como regla general, las actividades fitness que requieren el mayor esfuerzo físico para dominar y mantener serán las primeras en irse cuando dejes de hacerlas por unos días» señala Mark Schneider,
Entrenador personal en Movement Minneapolis. Por otro lado, cuando es algo que haces naturalmente, usualmente toma más de un mes para reconocer la diferencia. Así que si para ti correr 5 kilómetros es pan comido, trata de correr ese número otra vez para volver a la rutina sin mucha dificultad. Si te costó mucho completar una lagartija, es probable que te suceda de nuevo, así que primero gana confianza y luego intenta hacerla otra vez.
4. Tu motivación comienza a disminuir
Aunque es probable que tu cuerpo cambie – al menos un poco – durante un período de inactividad de un mes, la real preocupación es cómo se verá afectada tu motivación, dice Schneider. Por lo general mientras más tiempo pase desde la última vez que hiciste algún ejercicio, más difícil será sentirte inspirada a volver a las riendas. Para contrarrestarlo, no te obligues a dar el 110% tan pronto y vuelvas a ejercitarte.
En vez de eso, comienza dando el 70% de lo que venías haciendo antes de tu break, tanto en tiempo como en intensidad. Y si te alejaste de la actividad física porque no soportabas subirte a la caminadora una vez más, tal vez es hora de que pruebes algo nuevo que le inserte un poco de entusiasmo a tu rutina.
5. Tu cuerpo anhelará algún tipo de movimiento
Entre los circuitos de velocidad y el entrenamiento de alta intensidad, no hay necesidad de pasar horas en el gimnasio para ver resultados saludables. De hecho, si estabas bastante en forma antes del hiato de 30 días, establecer un programa de entrenamiento aerodinámico puede ser todo lo que necesites para conservar tu base de resistencia por varios meses, perfecto si todavía te cuesta incorporar un espacio para dedicárselo al ejercicio.
Así que disminuye el tiempo de entrenar a dos tercios mientras mantienes el mismo nivel de intensidad que antes. Un estudio encontró que si haces esto, no verás un declive en tu VO2 (la cantidad de oxigeno que tu cuerpo necesita para desarrollar una tarea).
De esta manera cuando te sientas lista para volver con todo, no sentirás que retrocediste porque no habrás perdido nada.
Fuente: E
Foto: Especial