Rogue One: una historia de Star Wars es la octava película del universo creado por George Lucas en 1977. Intensas escenas de combate, encuentro con personajes del pasado, una historia sencilla pero que sirve como excusa para la amistad, humor, solidaridad, sacrificio y el boleto directo para presenciar la lucha del bien contra el mal, a la antigüita, pero con momentos que nos hablan directamente a los habitantes del siglo XXI.
También, Rogue One es la perfecta excusa para traer de vuelta al villano de villanos Darth Vader y poder jugar con el idealismo de la Rebelión, donde el individuo común es quien tiene el poder de cuestionar a sus líderes que intenten someter a la sociedad, controlarla y hasta castigarla por buscar la armonía, la tolerancia y la democracia.
Rogue One se ubica días antes de los eventos que conocemos de la original Star Wars, Episodio IV: Una nueva esperanza estrenada en 1977, donde Lucas presentó a su héroe granjero Luke Skywalker con la necesidad de aliarse a la princesa Leia y a Han Solo, para juntos llevar los planos secretos de la Estrella de la Muerte —arma imperial del tamaño de una luna capaz de desintegrar a un planeta entero— a las manos de la Alianza Rebelde y así poder descifrar la vulnerabilidad de la fortificación y destruirla.
La trama es una suerte de misión con espíritu suicida que reúne a los personajes menos esperados, muy a las cintas clásicas de Los doce del patíbulo (1967) con Lee Marvin, La gran estafa (2001) con George Clooney y la clásica Los siete samuráis de Akira Kurosawa, que inspiró mucho a Lucas en sus inicios.
Lo interesante de Rogue One es que sus personajes navegan con su propio credo, pero a la vez con sus propios errores y fallas, buscando en su misión quererle darle sentido a su existir. Aquí nuestra heroína Jyn Erso (Felicity Jones) es una ladrona callejera, despojada de sus padres y quien debe usar sus habilidades para cambiar no sólo el curso de la galaxia, sino de su vida.
A Erso se le une el rebelde Cassian Andor (Diego Luna), quien ha operado a nivel de calle para la Alianza Rebelde y carga con sus propios pecados por su oficio de espía y sacar información. Estamos en tiempos de guerra, donde la línea entre el bien y el mal es confusa en ocasiones y eso lo quiere dejar bien claro el director Gareth Edwards.
Estamos ante un filme totalmente visceral, donde Jones y Luna forjan el corazón de la aventura como seres que no tienen nada que perder y tienen la nobleza de corazón de pensar en el bien común.
Los aliados guerreros que aparen al lado, más que existir para mostrar “qué padres son”, se reúnen porque desean que a nadie más les suceda las atrocidades que ellos experimentaron con el Imperio en su pasado.
Así, cuando en medio de la batalla, Darth Vader aparece, la metáfora de “hace mucho, mucho tiempo…” cobra mayor resonancia al sentirnos en medio de un filme a la Segunda Guerra Mundial, donde cada soldado debía hacer lo correcto para el que viniera tomara la estafeta. Ese siguiente es Luke Skywalker y por ello ‘Rogue One’ terminará de trascender en el canon de ‘Star Wars’.