Todos amamos a nuestras mascotas por el amor desinteresado que nos dan, pero con ellos no sólo vienen responsabilidades sino también enfermedades.
Según la OMS, 3 de cada 4 nuevas infecciones proceden de los animales. Un ejemplo de ello es la toxoplasmosis, una enfermedad que les transmiten los gatos a las embarazadas.
Durante los meses de gestación, han de manipular la mascota con cuidado, para prevenir una infestación que puede derivar en malformaciones e incluso en abortos.
El contagio puede ser instantáneo al tocar las heces del animal enfermo cuando se manipulan inadecuadamente los areneros y las cajas de excrementos de la mascota. Los síntomas más comunes son la inflamación de los ganglios linfáticos de cabeza y cuello, fiebre y dolores de cabeza, garganta y músculos.
La misma atención se debe de tener con sus zarpazos, pues sus uñas pueden convertirse en el mejor aliado de la bartonelosis, una infección producida por la bacteria Bartonella henselae.
Aunque esta bacteria también se puede pasar al humano a través de las mordeduras, así como de la saliva del animal al entrar en contacto con la piel o las superficies mucosas de la nariz, la boca y los ojos de su dueño.
Los síntomas se manifiestan en ampollas en el lugar de la lesión, fatiga, fiebre, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos cerca del foco de la infección y malestar general. Por lo general, la enfermedad del arañazo del gato no es grave y suele remitir sin tratamiento médico.
En caso de seguir con la infección debes tomar un antibiótico y cortarle las uñas al felino con regularidad, desinfectar instantáneamente cada lesión y lavarse las manos después de tocar al animal.
Los pájaros y loros. Ellos generalmente te pueden contagiar de Chlamydophila psittaci, que se oculta en los excrementos de los pájaros.
En muchos casos, estas aves son importadas, así que como medida de precaución, se mantienen en cuarentena. El paso de la bacteria a las personas provoca síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre, escalofríos y dolor de cabeza, por lo que es fácil confundirla con esta.
El contagio se produce con frecuencia por inhalación del polvo de las heces secas que se encuentra en las jaulas. Estos restos mantienen su capacidad infectiva durante semanas.
Garrapata. La bacteria Borrelia burgdorferi se aprovecha de los perros con garrapatas para llegar hasta el hombre. Su picadura produce la borreliosis o mal de Lyme, infección que se manifesta con fiebre, cefalea, vómitos y dolor muscular y articular.
Algunas veces genera erupciones cutáneas con forma de escarapela, mancha roja y ligeramente elevada en el lugar de la picadura. En pocos casos, degenera en secuelas neurológicas y cardiacas.
El perro. Aunque es el mejor amigo del hombre este no queda excento de probables bacaterias dañinas como el echinococcus granulosus, un platelminto parásito que se aloja en el intestino delgado del can adulto y que pasa al ser humano para causar una hidatidosis o quiste hidatídico.
Es por eso la importancia de desparasitar al animal cada 45 días y evitar que consuma vísceras crudas son las mejores maneras de prevenir esta zoonosis, que afecta particularmente a personas con problemas inmunológicos, a mujeres embarazadas y a los jóvenes que entran en contacto con las heces del animal infectado.
Las consecuencias del contagio pueden ser graves y se manifiestan en la aparición de quistes de gran tamaño en el hígado y el pulmón que solo pueden ser suprimidos con cirugía.
Fuente: Eme de mujer