Los expertos en salud reportan que el costo de la depresión en el trabajo en 8 países es de $246 billones de dólares
Nuevos datos publicados muestran que la depresión en el trabajo es un problema importante en las diferentes culturas y economías, con consecuencias “grandes y devastadoras” para miles de organizaciones en todo el mundo.
En un estudio de ocho países que abarca diversas culturas y PIB, los investigadores de La Escuela de Londres de Economía y Ciencias Políticas (LSE) dicen que la depresión está costando colectivamente a las naciones de Brasil, Canadá, China, Japón, Corea, México, Sudáfrica y los EE.UU. más de $246 mil millones de dólares al año.
Datos de una encuesta de 8000 empleados de estos países revela que los empleados con mayor nivel educativo, en particular, tienen un impacto más negativo si permanecen en el trabajo mientras están deprimidos. Esto es debido a que son más propensos a dirigir a otros empleados y los efectos de la reacción en cadena se sienten en los subalternos.
Este es el primer estudio de su tipo en el mundo que analiza el impacto en la productividad por la depresión en el trabajo, a través de una serie de países que difieren tanto cultural como económicamente.
Los resultados siguen los pasos de un importante estudio europeo sobre la depresión en el trabajo realizado por los mismos investigadores en marzo de 2014, señalando una necesidad urgente de que los empleadores adopten un enfoque más proactivo para hacer frente a problemas de salud mental.
La investigadora principal, la Dra. Sara Evans-Lacko dice que los enormes costos de la depresión debido a la ausencia y a la pérdida de productividad van a aumentar a menos que los gobiernos y los empleadores la hagan una prioridad.
El estudio, publicado en línea en Social Psychiatry and POsychiatric Epidemiology (Psiquiatría Social y Epidemiología Psiquiátrica), también revela:
- En promedio, el 1,2% del PIB de un país se pierde debido a los trabajadores con depresión que asisten al trabajo mientras se encuentran enfermos (es decir el presentismo). El costo colectivo para los ocho países es $207 billones de Libras.
- El absentismo es más alto que el presentismo en Japón debido al temor de las personas por perder el trabajo si su depresión es descubierta en el trabajo.
- Los costos de los empleados que asisten al trabajo mientras sufren de depresión son 5-10 veces más altos que los que toman tiempo libre para recuperarse de la depresión.
- Estados Unidos ($84,7 billones de dólares) y Brasil ($63,3 billones de dólares) experimentan las mayores pérdidas de productividad debido al presentismo laboral.
- Menos del 10% de los encuestados en China (6,4%) y Corea del Sur (7,4%) reportaron haber tenido un diagnóstico previo de depresión en comparación con más del 20% en Canadá, 22,7% en los EE.UU. y el 25,6% en África del Sur.
- Los países asiáticos reportan menores pérdidas de productividad debido a la depresión, atribuido en parte a la renuencia cultural a revelar problemas de salud mental, por lo que las cifras reales (arriba) relativas a China y Corea del Sur son probablemente más elevadas.
- Japón, sin embargo, tiene los costos más altos por persona asociados con los empleados que toman tiempo libre por causa de la depresión, con un 22% (con un costo de $14 billones de dólares) de las personas que toman 21 ó más días. Esto sugiere que los empleados permanecen en el trabajo más tiempo hasta que su depresión se vuelve grave.
- En Sudáfrica, casi el doble de los empleados informaron de un diagnóstico previo de depresión (25,6%) en comparación con la media (15,7%) reportado en los ocho países.
La depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo, que afecta hasta a 350 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud.
«Estos hallazgos sugieren que la depresión es un problema que merece la atención del mundo, sin importar el desarrollo económico de un país, los ingresos o la cultura nacional», dice la doctora Evans-Lacko. «El crecimiento de las enfermedades mentales en todo el mundo también sugiere que la escala del problema probablemente aumente.»
Los datos proporcionan evidencia convincente para implementar programas de trabajo globales que deben aplicarse para abordar los problemas de salud mental, añade la Dra. Evans-Lacko.
«Las intervenciones que apoyen a los empleados con depresión necesitan ser desarrolladas, adaptadas, implementadas y evaluadas en todos los países, para mitigar los altos costos de la depresión en el trabajo.»beck
Fuente: Crónica