El Banco de México no persigue algún valor del tipo de cambio y el nivel de la paridad solamente se seguirá tomando en cuenta en la medida que ésta afecte a la inflación y las expectativas de precios, advirtió el subgobernador del Banco de México, Manuel Sánchez.
En su ponencia The Mexican economy: A call for stronger fundamentals, presentada hace unos días en Londres, reconoció que en 2016 el peso se ha depreciado más significativamente que otras monedas de países emergentes.
Explicó que varios factores pueden estar detrás del bajo rendimiento del peso: la moneda es ampliamente usada como un instrumento de cobertura; la preocupación sobre el resultado de las elecciones en Estados Unidos, cuyo impacto en México puede ser alto; la amplia percepción de la fragilidad fiscal de México, incluyendo las débiles condiciones financieras de Pemex.
En días pasados, el funcionario recomendó no sobrecargar de metas y responsabilidades a la política monetaria para no erosionar la efectividad de sus acciones y no dañar su credibilidad.
Expuso que la política monetaria tiene un alto potencial cuando se enfoca en objetivos alcanzables, mientras si se emplea en la persecución de otras metas, los resultados pueden ser contraproducentes.
De ahí la importancia de que, quienes participamos en la operación concreta de la banca central, tengamos una visión realista de los potenciales y restricciones de las medidas monetaria”, dijo.
Refirió que sin descuidar otras finalidades, como el desarrollo del sistema financiero y el buen funcionamiento de los sistemas de pagos, el Banco de México está comprometido con su mandato prioritario, que es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda
El progreso en el combate de la inflación ha sido notable. Desde el año pasado, ha habido una convergencia de la inflación con el objetivo de 3 por ciento, lo que no tiene precedente en nuestra trayectoria institucional”, enfatizó en la apertura del Primer Seminario de Operaciones Monetarias Banco de México y FMI}
Recordó que la política monetaria es la actividad fundamental de los bancos centrales, que así propician el desarrollo.
Fuente: Excélsior
