Alrededor de tres mil personas permanecen fuera de sus hogares tras la serie de terremotos que golpearon ayer el centro de Italia y se preparan para su segunda noche, en la que optarán entre dormir con parientes, en albergues o tiendas de campaña.
Esta es la alternativa que se ofrece a las hasta 300 personas que viven en el campamento de Visso, epicentro del sismo – se espera que llegue hasta 700- y que se propondrá al resto de damnificados.
Visso y Ussita son dos de los municipios que se encuentran más próximos al epicentro del terremoto y los estragos en sus calles son evidentes, aunque bastante superiores en la primera localidad.
El alcalde de Visso, Giuliano Pazzaglini, explicó que los que lleguen a este campamento deberán elegir entre pernoctar en tiendas de campaña, en alojamientos en el litoral adriático, permanecer con familiares o en sus coches.
Del campamento de Visso salieron dos autobuses en los que evacuaron a un centenar de personas para dirigirse a instalaciones de Civitanova Marche, en la costa del Adriático, y se dio prioridad a las personas con movilidad reducida y a los ancianos.
El caso es que estos damnificados no pueden regresar a sus casas, muchas de ellas resquebrajadas y dañadas a causa de los varios temblores que azotaron la zona desde la tarde del miércoles, el mayor de ellos de magnitud 5.9 en la escala Richter.
Muchos aseguran estar vivos «de milagro», debido a que el primer temblor se registró a las 19.11 hora local y sirvió de «aviso» a la población, que se echó a las calles.
Desde Ussita Protección Civil coordina las labores de rehabilitación del área, con carreteras cortadas a causa de los desprendimientos de grandes rocas calizas, y ya puede verse a algunos trabajadores tratando de restablecer el alumbrado público.
Excelsior