Ya se separó de la nave madre y ahora se enfrenta a una prueba de fuego ya que se dirige hacia la superficie del planeta rojo.
El aterrizador Schiaparelli debe a tocar tierra este miércoles como parte de las misiones ExoMars, una empresa conjunta entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la corporación estatal rusa Roscosmos.
La nave compañera de Schiaparelli, la Trace Gas Orbiter, permanecerá en órbita tratando de averiguar más acerca del metano y otros gases en Marte que podrían ser señales de vida, o que pueden indicar algunos procesos geológicos.
En 2014, el Curiosity rover de la NASA detectó un gran aumento en la cantidad de metano. Los científicos de la ESA esperan que las misiones de ExoMars pueden arrojar luz sobre lo que podría estar causando este fenómeno.
Schiaparelli está diseñada para ser un vuelo de prueba para otra misión de ExoMars: un lanzamiento en 2020 que enviará un rover a Marte. Pero Schiaparelli también operará durante unos días, tomará mediciones de la velocidad del viento, la temperatura, la humedad, la presión y la fuerza de los campos eléctricos en la superficie del planeta.
También recogerá una serie de imágenes en las etapas finales del descenso.
Fuente: CNN en Español