Nos hemos impuesto una meta clara y vital para el siguiente capítulo de la historia de Estados Unidos en el espacio: enviar humanos a Marte para la década de 2030 y hacer que regresen a salvo a la Tierra; la máxima ambición es quedarnos allá algún día, por un tiempo prolongado. Llegar a Marte requerirá de la cooperación continua del gobierno y los innovadores privados y ya vamos por buen camino. Dentro de los próximos dos años, las empresas privadas enviarán astronautas a la Estación Espacial Internacional por primera vez.
El siguiente paso es ir más allá de los límites de la órbita terrestre. Me emociona anunciar que estamos trabajando con nuestros socios comerciales para construir hábitats nuevos que puedan sostener y transportar a los astronautas en misiones de larga duración en el espacio profundo. Estas misiones nos ayudarán a aprender cómo los humanos pueden vivir lejos de la Tierra… algo que necesitaremos en el largo viaje a Marte.
John Noble Wilford, el reportero que cubrió el alunizaje para el diario The New York Times, escribió que Marte atrae nuestra imaginación «con una fuerza más intensa que la de la gravedad». Llegar allá requerirá de un salto gigantesco. Pero se dan los primeros pasos cuando nuestros estudiantes (la generación de Marte) entran en las aulas todos los días. Los descubrimientos científicos no ocurren al encender un interruptor: requieren de años de pruebas, paciencia y un compromiso nacional con la educación.
El presidente Eisenhower lo sabía: en 1958, dedicó recursos abundantes a la educación en ciencia y matemáticas más o menos al mismo tiempo que creó la NASA. Por eso es que estoy orgulloso de que hayamos marcado hitos importantes en la educación STEM [ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés].
Por primera vez, más de 100,000 ingenieros se gradúan de escuelas estadounidenses cada año y vamos en camino a cumplir mi objetivo de capacitar en una década a 100,000 maestros de excelencia en STEM.
Cuando nuestros astronautas del Apolo miraron a la Tierra desde el espacio, se dieron cuenta de que aunque su misión era explorar la Luna, «de hecho habíamos descubierto la Tierra». Si fortalecemos aún más nuestro liderazgo en el espacio en este siglo respecto al anterior, no solo nos beneficiaremos de los avances correspondientes en energía, medicina, agricultura e inteligencia artificial, sino que nos beneficiaremos al entender mejor nuestro entorno y a nosotros mismos.
Espero algún día poder cargar a mis propios nietos sobre mis hombros. Seguiremos maravillándonos al ver las estrellas, como lo han hecho los humanos desde el principio de los tiempos. Pero en vez de esperar con ansia el regreso de nuestros exploradores intrépidos, sabremos que gracias a las decisiones que tomamos hoy, ellos habrán ido al espacio no solo a visitarlo, sino a quedarse… y con eso, a mejorar nuestra vida aquí en la Tierra.
Fuente: CNN Expansion