Este sábado, al cumplirse 934 días del conflicto en Ucrania, Rusia y Ucrania llevaron a cabo un intercambio de 206 prisioneros de guerra, facilitado por la mediación de Emiratos Árabes Unidos. Entre los 103 prisioneros liberados por Rusia se encuentran soldados que habían sido capturados por el ejército ucraniano durante una incursión en la región de Kursk.
Paralelamente, persiste el debate sobre si los aliados de Ucrania deben autorizar el uso de misiles de largo alcance para atacar territorio ruso. La tensión aumentó tras las amenazas del presidente ruso, Vladimir Putin, quien advirtió que esto podría llevar a una «guerra con la OTAN».
El viernes por la tarde, Estados Unidos publicó un comunicado reafirmando que no había cambios en su política respecto a los ataques a Rusia con estos armamentos. En una reunión celebrada en Washington, el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente estadounidense, Joe Biden, decidieron posponer la decisión sobre si se permitirá a Ucrania utilizar misiles de largo alcance en Rusia. Starmer anunció que discutirán la cuestión en la Asamblea General de la ONU en Nueva York la próxima semana con un grupo más amplio de líderes y delegados.
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