La Comisión Federal de Electricidad (CFE) está negociando la compra de la deuda de la empresa de telecomunicaciones Altán Redes, valorada en aproximadamente 33,000 millones de pesos.
Para ello, ha contratado la asesoría financiera de Rothschild & Co México. Esta deuda se encuentra distribuida entre alrededor de 119 acreedores, quienes tienen hasta el 2 de agosto para decidir si aceptan la oferta de CFE.
El plan, denominado «Proyecto Quetzal«, propone pagar a los acreedores en tres tramos: el 10%, el 33% o el 100% de la deuda, lo que implica posibles quitas de hasta el 90%.
Según la propuesta, 74 acreedores recibirían solo el 10% de su deuda, lo que ha generado preocupaciones, especialmente entre aquellos que tomaron préstamos para apoyar el desarrollo de la red de Altán.
Problemas financieros
La CFE argumenta que la situación financiera de Altán podría empeorar con el tiempo, dificultando el cobro de las deudas. Altán Redes, una empresa que opera la banda de 700 MHz y proporciona servicios móviles de Internet, enfrentó problemas financieros en 2022 debido a la obligación de cumplir con los hitos de cobertura celular. Como resultado, la banca de desarrollo mexicana se convirtió en su principal acreedor.
A pesar de la oferta de CFE, algunos acreedores consideran que la propuesta no refleja el verdadero valor de la infraestructura y los servicios de Altán. La incertidumbre sobre la aceptación de la oferta por parte de los acreedores y la posible negociación de mejores términos sigue en el aire.
Información de la mano con El Economista