Al presidente Donald Trump le urge que se resuelva de una vez por todas lo relativo al DACA, el programa con el que el demócrata Barack Obama protegió de la deportación a decenas de miles de jóvenes indocumentados que viven en Estados Unidos desde niños.
Trump ha agitado en esta campaña el miedo a la inmigración y ha situado el tema en el centro del debate con las caravanas de migrantes que avanzan por México hacia Estados Unidos para solicitar asilo.
La administración de Trump canceló DACA en septiembre de 2017, pero tres jueces federales paralizaron posteriormente esa cancelación mientras se dirimen las denuncias contra la acción del Gobierno que se presentaron en tribunales inferiores.
Cuando la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, considerada progresista,escuchó en mayo los argumentos sobre el tema, el Gobierno dijo que, si para el 31 de octubre no había tomado una decisión, acudiría a la Suprema.
DACA fue aprobado por Obama en 2012. Ha llegado a dar permisos temporales de residencia y trabajo a cerca de 800 mil jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» (soñadores), que son en un 80 por ciento mexicanos.
El Gobierno de Trump bajo el argumento de que Obama se extralimitó en sus poderes presidenciales asumiendo un tema que le corresponde al Congreso. Pero el bloqueo de un juez federal de San Francisco y otro de Nueva York mantuvo vivo el programa mientras se deciden las demandas contra la administración.
Trump llegó a ofrecer legalizar la situación de 1.8 millones de jóvenes, más del doble de los que han llegado a estar inscritos en DACA, e incluso abrirles la puerta a obtener la nacionalidad estadounidense 10 o 12 años después a cambio de 25 mil millones de dólares para el muro en la frontera con México y para incrementar las deportaciones del resto de los indocumentados.
Los demócratas se negaron, pero el tema también causó malestar en las filas republicanas, donde hay representantes que están a favor de una reforma migratoria que permita a los jóvenes continuar en un país en el que han crecido y consideran el suyo.
En 2016, en un empate de cuatro contra cuatro, la Corte Suprema mantuvo sin resolución final el desenlace de una impugnación contra la legalidad del DACAy otros programas de protección a inmigrantes indocumentados, avalados por el entonces presidente Barack Obama mediante una orden ejecutiva.
Pero la llegada de la Suprema Corte de Kavanaugh alteró el balance del máximo tribunal, compuesto ahora por cinco conservadores y cuatro liberales, lo cual podría definir un desenlace favorable a la administración Trump, que decidió poner fin al DACA el año pasado.
Fuente: Excélsior