Si bien este sexenio inició con un Congreso plural que permitió al presidente Enrique Peña Nieto concretar 14 reformas estructurales, cerrará con un Legislativo opositor, que ahora controlará la glosa del VI Informe de Gobierno y definirá la agenda de los últimos tres meses del PRI en el gobierno federal.
En la instalación de la LXIV Legislatura se confrontaron las visiones de la actual administración y la entrante, la del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Al dar el posicionamiento del PRI, la senadora Claudia Ruiz Massieu afirmó que en su partido no son mercenarios de la política que cambian de lealtades, proyecto e ideología tan pronto como el poder pasa a otras manos. Intentó continuar, pero la callaron a gritos.
Los legisladores de Morena y sus aliados, de forma ensordecedora, le contaron del uno al 43, en referencia a los normalistas de Ayotzinapa.
“Se necesita muy poca vergüenza para venir a decir aquí que por décadas han servido al país cuando se han servido del país y lo han saqueado. Entregan un país en ruinas”, le reviró Mario Delgado, líder de los diputados de Morena.
Para Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, inicia un “régimen distinto”.
“Subrayo en esta ocasión la palabra honorable porque pretendemos que el Poder Legislativo sea motivo de honor y no de vergüenza para nuestros compatriotas”, exclamó.
Excelsior