En un terreno de 19 mil 700 metros cuadrados a un costado de la estación del Metro Constitución de 1917, se construye la nueva sede del Papalote Museo del Niño. Un edificio de cuatro niveles y una plaza pública que abrirá en abril de 2019. Con un costo de 700 millones de pesos, de los cuales el 60 por ciento aportó el gobierno de la Ciudad de México, el recinto llega a la delegación Iztapalapa, donde sólo hay cuatro museos.
Mientras se trabaja en el programa museográfico que conservará el ADN del Papalote Museo del Niño de Chapultepec, que celebra 25 años de su fundación –5 de noviembre de 1993– con la apertura de las nuevas sedes. Pues además de la de Iztapalapa, el 14 de julio próximo una tercera franquicia abrirá en el Parque Fundidora de Monterrey. Así el recinto privado, que en un cuarto de siglo ha recibido 25 millones de visitantes, se expande no como un proyecto museográfico, sino educativo, apuntó Dolores Beistegui, directora general: “El proyecto del Papalote es más que una serie de museos, es un proyecto que abraza una agenda educativa a favor de la niñez apostando por el aprendizaje a través del juego”, dijo al recordar que este año también celebran el décimo aniversario del Papalote Cuernavaca, que abrió el 17 de diciembre de 2008.
La propuesta de diseño plantea abrir el interior del museo a la plaza pública sin divisiones, y hacer del entorno abierto un escenario para actividades gratuitas. Dentro se tendrá el mismo programa expositivo permanente de la sede de Chapultepec que contempla exhibiciones de diseño, ecología, aprendizaje académico, y habrá “guiños” a la cultura e historia de la delegación.
Este espacio ofrecerá también el ADN del programa museográfico de la sede de Chapultepec, refirió José Antonio Pérez, director del recinto. Por ejemplo, exposiciones de fósiles, asuntos de cambio climático y sostenibilidad; además de la tradicional pantalla IMAX. Beistegui dijo que la fórmula de la marca Papalote ha sido sumar recursos de la institución pública, la iniciativa privada y la sociedad civil que aportan para mantener y crecer el proyecto: “La suma de estos distintos actores ha permitido que la fórmula sea exitosa y se pueda repetir y desarrollar en otras sedes como Cuernavaca, y ahora Monterrey e Iztapalapa”.
Mientras que la franquicia regiomontana, abre el 14 de julio. Un edificio en el centro de Parque Fundidora que ocupa nueve mil metros cuadrados con un costo total de 550 millones de pesos, aportados entre el gobierno estatal e iniciativa privada.
La directora señaló que en el museo la interacción no significa apretar un botón de una pantalla, sino intercambiar conocimiento. Lo que los ha obligado a actualizarse en tecnología y mejorar las experiencias de los niños.
Fuente: Excélsior