jueves, marzo 28, 2024
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¿Cómo asumir el proceso electoral?

El proceso electoral es un tema que genera distintas emociones entre la sociedad: enojo, pasión, incertidumbre, indiferencia, fastidio, asombro, euforia y muchas otras más; cada individuo toma conciencia de lo propio y actúa conforme a ello.

A lo largo del procedimiento que se sigue para renovar a los integrantes de los poderes Legislativo y Ejecutivo Federal y de las entidades federativas, se han visto confrontaciones públicas entre candidatos de todos los partidos y también entre los ciudadanos, estos últimos abordan el tema político en la casa, el trabajo, en la escuela y hasta en las fiestas. Hay a quienes les gusta el debate y otros prefieren no profundizar y evitar peleas.

Un psicólogo y un sociólogo contrastan ideas, pese a sus diferencias ambos coinciden en que este momento que se vive en el país debe llevar consigo la reflexión de los ciudadanos.

¿Cuál es la forma adecuada de asumir el proceso electoral?

Juan Carlos García Ramos, psicólogo clínico adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sostiene que el involucramiento de la gente en los procesos electorales tienen como consecuencia el estrés, las conversaciones cara a cara y la información que hoy se comparte en las redes sociales a través de internet puede no ser importante para algunas personas, pero para otras puede llevar a la violencia.

«Pienso que todos aquellos mensajes que emitmos, los memes, los comentarios, en la familia, en el trabajo, en el internet, de alguna manera agresiva, violenta en esta disputa electoral, tiene que ver con cierto estrés, algo que no podemos, no sabemos manejar nos está llevando a responder así, que quizá para la mayoría no es tan inquietante, pero para muchas personas, pues sí los lleva a un escenario violento».

Recuerda que históricamente los periodos de elecciones han dejado desapariciones, muerte y peleas, esto no solo entre los actores políticos, y señala que es un reflejo de que no se sabe llevar un proceso electoral. Comparte que involucrarse en la dinámica y participar emocional y cognitivamente puede llevar a la alteración y por consiguiente al estrés.

 «Hay gente desaparecida, hay gente que matan, hay gente que se pelea, esas son formas de que no sabemos, no podemos llevar un proceso electoral, porque pues hay los que están compitiendo, los que están peleando allá, pero nosotros ¿qué tenemos que ver? sólo tenemos que votar, pero al involucrarnos tanto en esa dinámica y el participar emocional y cognitivamente, pues eso es una alteración».

García Ramos considera que cada persona debe actuar según su papel en las elecciones, quienes disputan los cargos de elección popular trabajar en lo que les corresponde y los ciudadanos no asumirse como expertos en política, sino aprender a ver con objetividad por quién votar o emocionalmente identificar quién genera mayor confianza y seguridad, pero a partir de la reflexión.

«Cada quien a lo que le toca, hay gente que son candidatos, que están peleando, que están disputando un cargo de elección popular y ellos harán su trabajo, eso no debe de involucrarnos; nosotros simplemente tenemos que aprender a ver con objetividad por quién vamos votar o por la parte emocional que es lo que más incide en el voto, cuál te gusta, cuál te agrada, cuál te genera la confianza y la seguridad a tus emociones y votar, porque no somos expertos en política, en gobierno».

El experto indica que las opiniones que se generan alrededor de cualquier candidato deben ser respetadas; sin embargo, quien las asume no tiene por qué obligar a otros a coincidir con estas.

La política es pasión, pero debe tratarse con bases sólidas 

Por su parte, Efraín Mendoza Zaragoza, investigador y académico de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), tiene otra visión sobre el proceso electoral, afirma que los periodos de renovación de gobiernos despiertan en la sociedad el interés por la política y esta debe de abordarse con pasión y como el momento de ajustar cuentas con quienes ofrecieron cambios y no cumplieron.

«La política es un momento también de pasión y hay que verlo como eso, de nervios, de tensión, de confrontación, la política es, y las elecciones en particular son un momento para ajustar cuentas, y hay que verlo como eso, no es la fiesta de la democracia, como dicen algunos, es el momentos de ajustar cuentas con quienes gobiernan, con quienes ofrecieron transformaciones y no las hicieron».

Desde su perspectiva, el también Consejero Electoral del Instituto Electoral de Querétaro entre 1997 y 2010, considera que es sano que el país esté deliberando y discutiendo en distintos escenarios, pero a lo que apostaría es que el tema se trate con bases sólidas y no bajo una confrontación emocional que a su parecer es lo que en este proceso electoral predomina. El también sociólogo expone que la ciudadanía debe dejar de asumirse como porra de los candidatos, pues la sociedad es el eje central del sistema político.

«A lo que yo apostaría es a que se hable de política con basamentos, de manera informada, y no bajo una confrontación emocional y llevada al plano de lo personal, que yo creo que es lo que domina actualmente y es lo que enferma también a mucha gente. Desafortunadamente muchos ven este momento como una confrontación deportiva, la ciudadanía se asume como porra de alguien, eso es infantil, tendría la sociedad que asumirse como el eje central del sistema político».

Resalta que la democracia como “sistema de vida” implica que el ciudadano se encuentre permanentemente estresado con los asuntos públicos, y no solo durante el proceso electoral, también en la gestión de los gobernantes.

«Para mí la democracia es como lo dice el artículo tercero de la Constitución, es un sistema de vida, y el sistema de vida implica que el ciudadano esté permanentemente estresado con los asuntos públicos, que esté ocupado permanentemente de vigilar que se hayan cumplido los compromisos, hay una plataforma electoral registrada ante la autoridad electoral que dice qué cosas vamos a hacer si ganamos. Entonces el ciudadano tiene que estar permanentemente viendo que las obras públicas que se hagan son las que se necesitan».

Llama a que después de las votaciones, cada individuo reflexione sobre la experiencia que deja el proceso electoral, y pese a las confrontaciones y diferencias se busque la fraternidad.

«La fraternidad (…) que implica la capacidad que los adultos debemos desarrollar para entendernos entre diferentes, no olvidarnos de nuestras diferencias».

Efraín Mendoza incita a que la democracia no cobre relevancia cada tres años, sino que se asuma como un «sistema de vida» en el que los ciudadanos se mantienen atentos a la vida pública todo el tiempo.

Por: Iraí Silva

Foto: Especial

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