Esmeralda perdió a su única hija. De un balazo, para robarle su teléfono celular y unos cuantos pesos, la delincuencia terminó con la vida de la joven de 20 años de edad, estudiante de la Facultad de Derecho de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Por eso, con la pena a cuestas, no duda en sumarse a la demanda de Alerta por Violencia de Género (AVG).
Entrevistada en la funeraria donde velaron a Mariana Fuentes Soto, revela que esa noche de sábado le dio permiso para fuera con su amiga a una fiesta, pero, lamentablemente, fue asesinada unos minutos después de salir de su hogar, casi frente a la casa de su compañera.
Al parecer, dice, dos personas cometieron el crimen. Huyeron con su bolsa, con sus documentos personales: credencial de la BUAP y del Issstep, por lo que también teme por su integridad y prefiere no ser fotografiada, ni videograbada.
La empleada de un bufete jurídico está convencida que Mariana era una buena hija; era una buena estudiante, por eso no duda en sugerir que revise la información de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para comprobar que prácticamente siempre estuvo becada.
Foto: Especial
