Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día en nadie se debe confiar, dice una de las frases de la fiesta popular de bromas y engaños que se celebra cada 28 de diciembre en diversas partes del mundo.
La conmemoración del Día de los Inocentes tiene origen religioso, sin embargo, se modificó en la Edad Media con la llamada “fiesta de los locos” que se celebraba en Europa entre el 24 y 31 de diciembre y en la que se cometía todo tipo de excesos.
De acuerdo con el padre José de Jesús Aguilar, cuando los Reyes Magos buscaban al «Niño Dios», pensaron que se encontraba en el Palacio de Jerusalén, con lo cual se enteró Herodes del nacimiento de un niño que llegaría a ser rey, amenazando su trono, por lo que Herodes pidió a los Reyes Magos que cuando lo encontraran le avisaran para ir a “adorarlo”, aunque en realidad quería matarlo, pero cuando llegaron al nacimiento de Jesús se les apareció un ángel.
Éste les avisó que no regresaran con Herodes, quien al darse cuenta que los magos lo habían engañado ordenó matar a todos los niños menores de dos años que vivían en Belén y sus alrededores, pero la sagrada familia logró escapar de esa amenaza.
El sacerdote explicó que así la Iglesia Católica conmemora el 28 de diciembre ese acontecimiento y pide por las personas inocentes que fueron asesinadas.
Sobre todo, recuerda y ora por las que mueren víctimas de actos delictivos como robos, secuestros, terrorismo, narcotráfico o negligencias médicas, entre otros accidentes y causas.
Por falta de amor sigue muriendo el inocente a causa de la maldad de su prójimo y son a éstos a los que la Iglesia Católica recuerda en este Día de los Inocentes”, subrayó.
Sin embargo, detalló que de forma coincidente se comenzaron a celebrar las llamadas “inocentadas”, en las que se confundió la palabra inocente, que significa “el que no hace daño a nadie” con ingenuo o tonto.
El sacerdote José de Jesús Aguilar consideró válido divertirse en ese día sin hacer daño a los demás, pero lo más importe es luchar porque cada día mueran menos inocentes por la falta de cuidado o el egoísmo de la humanidad.
Fuente: Excélsior