Un operativo se realizó en la comandancia de la Policía Ministerial de Sinaloa, donde un grupo de Fuerzas Especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), llegó por sorpresa para realizar una inspección de armas, esto como parte de las indagatorias que se efectúan en torno a la emboscada de la que fueron blanco los efectivos del Ejército Mexicano.
Alrededor de unos 50 elementos Gafes, a bordo de unidades rápidas, cerraron los accesos de la corporación y pidieron al comandante de la PME, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, presentar a todos sus agentes para una inspección.
Sin importar si estaban trabajando o de descanso, los elementos acudieron a la base, ubicada por el Bulevar Emiliano Zapata, en Culiacán.
Los agentes que estuvieron llegando se presentaban con los militares y después pasaban directamente a la bodega de armas, donde otro grupo de soldados estaba haciendo la revisión de las armas, pero todavía se ignoran los resultados.
El operativo de revisión inició a las 18:30 horas y hasta la medianoche del lunes aún no había concluido; a esa hora todavía se observaban entrando algunos policías.
LA EMBOSCADA
El pasado 30 de septiembre, en Culiacán, Sinaloa, elementos del Ejército fueron emboscados por integrantes de la delincuencia organizada, dejando un saldo de cinco militares muertos y 10 heridos, así como un herido civil, conductor de la ambulancia, la cual se llevaron los agresores junto con el lesionado.
Los hechos ocurrieron cuando soldados trasladaban a bordo de una ambulancia de la Cruz Roja a una persona en calidad de detenida, misma que había resultado herida durante un enfrentamiento en la población de Bacacoragua, municipio de Badiraguato.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional, al ingresar al municipio de Culiacán, el personal militar fue agredido, con armas de gran volumen y potencia de fuego, por un grupo de la delincuencia organizada que aparentemente tenía la intención de rescatar al detenido.
Fuente: Excélsior