El caso de una perrita en situación de calle presuntamente forzada a beber alcohol por un grupo de jóvenes en Ciudad Madera, Chihuahua, ha generado una ola de indignación en redes sociales y entre organizaciones animalistas.
Las imágenes, difundidas ampliamente en plataformas digitales, muestran a una joven sujetando al animal y vertiéndole cerveza en la boca, mientras otras personas ríen y graban la escena.
Ante la gravedad de los hechos, la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (UPNECH) anunció la expulsión definitiva de Alejandra Castellanos, quien fue identificada como estudiante activa y una de las participantes del video.
La institución afirmó que su decisión se basa en su código de ética y el compromiso con la formación de profesionales íntegros y con vocación de servicio.
“Como institución pública formadora de docentes, no podemos sostener en nuestras aulas a personas que incurren en actos que atentan contra la vida y el bienestar animal”, expresó la universidad en un comunicado.
Por otro lado, se identificó a una segunda joven, Denisse González, como la persona que forzó a la perrita a ingerir la bebida alcohólica. Sin embargo, se confirmó que no es estudiante de la UPNECH y trabaja en un negocio local, por lo que no ha recibido sanción institucional hasta el momento.
La perrita sigue desaparecida
Uno de los aspectos más alarmantes del caso es que, hasta el momento, se desconoce el paradero de la perrita. Activistas y rescatistas locales han iniciado búsquedas en la zona con la esperanza de encontrarla con vida y brindarle atención médica, refugio y protección.
Organizaciones de protección animal, tanto locales como nacionales, se han sumado a la denuncia pública, exigiendo que se tomen medidas legales contra quienes resulten responsables. En Chihuahua, el maltrato animal es un delito que puede ameritar hasta cinco años de cárcel.
Alcalde habla de «familias afectadas» y ofrece apoyo psicológico
El alcalde de Ciudad Madera, Arnoldo Jáquez Pérez, calificó el incidente como un tema que “tomó relevancia mundial” y mencionó que tanto las dos jóvenes como sus familias se encuentran “muy afectadas” por la situación. La presidencia municipal ofreció brindar apoyo psicológico a las implicadas y sus familiares.
Este comentario ha generado reacciones divididas entre la opinión pública, ya que muchos consideran que el enfoque debería centrarse en la víctima: la perrita.
“Lo que de verdad importa es encontrar a la perrita, asegurar su bienestar y garantizar que actos como este no queden impunes”, señalaron activistas en un comunicado.
Gracias a la presión ejercida por usuarios en redes sociales, colectivos animalistas y medios de comunicación, se ha podido identificar a las personas involucradas y exigir consecuencias.
El caso sigue bajo investigación, y defensores de los derechos animales insisten en que la justicia debe contemplar no sólo sanciones académicas, sino también consecuencias legales conforme al marco jurídico del estado.
Con información de Excélsior
