El papa León XIV canonizó ayer al médico José Gregorio Hernández y a la monja Carmen Rendiles, los dos primeros venezolanos proclamados santos.
El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del dicasterio para las Causas de los Santos, leyó en voz alta los perfiles ante los aplausos de las 55 mil personas reunidas en el Vaticano.
Después, León XIV leyó la fórmula de canonización, el decreto con el que se les declara oficialmente santos.
José Gregorio Hernández Cisneros (1864-1919), fundó la Academia Nacional de Medicina y combatió la mortífera epidemia de gripe española. Atendió en vida de forma gratuita a pacientes pobres y, si hacía falta, les daba dinero para medicinas.
De bigote y expresión serena, vestido con impecable traje, corbata y sombrero, el milagroso doctor atendió en vida de forma gratuita a pacientes pobres y, si hacía falta, les daba dinero para medicinas.
Fallecido en 1919, su imagen está tatuada en la cultura popular de Venezuela, donde los más devotos no solo lo veneran, sino que imitan su vestimenta como un acto de fe.
De su parte, Carmen Elena Rendiles (1903-1977) fue una monja nacida sin brazo izquierdo que superó su discapacidad para fundar la Congregación de las Siervas de Jesús.
Venezuela recibió el momento con una verdadera fiesta. Miles de personas pasaron la noche en vela en Caracas y celebraron el momento con vítores, lágrimas, risas y fuegos artificiales.