Tras la recuperación del Sistema Cutzamala, que podría alcanzar 98% de almacenamiento al final de la temporada de lluvias, el reto principal será mantener niveles adecuados en las presas Villa Victoria, Valle de Bravo y El Bosque para garantizar el abasto a largo plazo de más de cinco millones de personas en el Valle de México.
Las autoridades y especialistas subrayan la necesidad de mejorar la gobernanza del agua y evitar repetir los efectos de la sequía, el cambio climático y el fenómeno de El Niño, que casi paralizaron la planta potabilizadora Los Berros.
Entre las acciones prioritarias destacan: educación ambiental para reducir el desperdicio, tecnificación del riego agrícola, pago por servicios ambientales a los cuidadores de los bosques** y búsqueda de fuentes alternas de abasto.
Un problema grave persiste: el huachicoleo del agua, es decir, la construcción de presas y lagos privados sin permiso en ranchos de la cuenca Valle de Bravo-Amanalco, que retienen grandes volúmenes del recurso. Algunos lagos particulares almacenan hasta 200 mil metros cúbicos de agua, suficientes para llenar 20 mil pipas, afectando el suministro a comunidades con escasez.