Cuando el matrimonio formado por Cody y Liam Townend, quienes habían sufrido la pérdida de su pequeña hija al nacer, acudieron a la casa de la dueña de la funeraria Florrie’s Army, especializada en bebés, lo que vieron fue aterrador: el cadáver de su pequeña hija, que debió ser enterrada 10 días antes, estaba sentado en el sofá.
Este fue uno de los casos más recientes de la espeluznante historia de la empresaria funeraria Amie Upton, quien se llevaba a su propia casa los cadáveres de los niños que debía inhumar para leerles cuentos y ponerles caricaturas en la televisión.
Aunque la mujer ofreció sus servicios durante ocho años en la localidad inglesa de Leeds, no fue hasta que un reciente reportaje realizado por la BBC reveló la extraña costumbre de la mujer.
En él, una mujer que perdió a su propio hijo de tres semanas de nacido, relató que la mujer la hizo pasar a su casa y allí vio dos cadáveres sentados como si estuvieran viendo caricaturas.
La madre, llamada Zoe Ward, señaló que salió de la casa gritando y comprensiblemente molesta con la empresaria funeraria, quien decía que solo había tenido dos quejas en su carrera de ocho años.
Tras el escándalo mediático creado por la revelación de la cadena inglesa, Upton tiene prohibido acercarse a los hospitales y morgues de Leeds, pero no será juzgada debido a que, en realidad, no cometió ningún crimen según la legislación británica.
¿Cariño incomprendido?
Amie Upton decidió incursionar en la industria funeraria luego de la muerte de su propio hija, también de menos de un año de nacido. Como en el Reino Unido no es necesario tener conocimientos para abrir una funeraria, el trámite fue relativamente sencillo.
“Cuando trabajas en la industria funeraria, estás en la morgue, la abandonas en cierto momento y ponen los cadáveres de los bebés en el refrigerador. No hay nadie más. Yo me quedaba allí y sus bebés no conocían otra cosa que amor.
“Sé que en mi casa los bebés nunca son dejados solos. No quiero revolucionar los servicios mortuorios y no quiero cambiar la industria funeraria, pero sé que aquí los bebés nunca son abandonados”, destacó en una entrevista para el diario The Mirror.
De acuerdo con numerosos testimonios, Upton se acercaba con familias que habían perdido a sus hijos ofreciéndoles apoyo emocional, ropa, fotos y un funeral gratis. Luego que le confiaban el cadáver, se los llevaba a su casa.
Información de El Heraldo.
