Se desvanecieron las esperanzas de encontrar supervivientes entre los 150 desaparecidos, tras las devastadoras lluvias que causaron la muerte de casi 350 personas en el norte de Pakistán, donde rescatistas y residentes llevaban tres días buscando entre escombros.
Solamente en la montañosa provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán, se registraron 317 muertes en dos días.
En el distrito de Buner hubo unos 208 muertos y “al menos 150 personas están desaparecidas y podrían estar atrapadas bajo los escombros de sus casas o haber sido arrastradas por las aguas”, declaró el a AFP Asfandyar Khattak, director de la autoridad provincial de gestión de desastres de Khyber-Pakhtunkhwa.
Pero “sus posibilidades de supervivencia son ahora muy escasas”, asegura Bilal Ahmed Faizi, portavoz del servicio provincial de rescate, y añade que, en total, “unas 10 aldeas quedaron devastadas”.
Los rescatistas tienen dificultades para acceder a zonas remotas por las fuertes lluvias, los deslizamientos de tierra y las carreteras bloqueadas.
Desde el inicio del monzón a finales de junio, que las autoridades pakistaníes describen como inusualmente intenso, más de 650 personas, entre ellas unos 100 niños, murieron y 920 resultaron heridas.
Excelsior