La historia de Florence Cassez e Israel Vallarta trascendió lo privado para convertirse en uno de los casos judiciales y mediáticos más polémicos de los últimos veinte años en México.
Lo que comenzó como una relación amorosa terminó inmerso en acusaciones de secuestro, violaciones al debido proceso, tortura y tensiones diplomáticas.
El caso, ampliamente documentado por medios nacionales e internacionales, expuso serias deficiencias en el sistema judicial mexicano. Mientras Cassez fue liberada tras un fallo de la Suprema Corte, Vallarta permaneció casi dos décadas en prisión preventiva sin sentencia, hasta recibir una absolución judicial en 2025.
Cómo inició la relación entre Florence Cassez e Israel Vallarta
Florence Cassez, ciudadana francesa, llegó a México en 2003 para trabajar con su hermano en una empresa de equipos médicos. Poco tiempo después conoció a Israel Vallarta, con quien comenzó una relación sentimental.
Según los registros del caso y testimonios de ambas partes, la relación se formalizó en 2004, año en que empezaron a convivir en el rancho “Las Chinitas”, ubicado en la carretera México-Cuernavaca.
Durante su convivencia, Cassez mantenía un empleo en un hotel de la Ciudad de México y aseguraba no conocer las actividades que Vallarta realizaba fuera de su relación. De acuerdo con declaraciones posteriores, la francesa negó tener conocimiento sobre los secuestros que supuestamente ocurrían en el lugar donde ambos residían.
El montaje televisivo que marcó el caso Cassez-Vallarta
El 8 de diciembre de 2005, agentes de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), encabezada por Genaro García Luna, detuvieron a Vallarta y Cassez. Sin embargo, el operativo fue recreado al día siguiente para las cámaras de televisión, en una puesta en escena transmitida por dos televisoras como si fuera una detención en tiempo real.
Esta simulación fue confirmada posteriormente por las propias autoridades y los periodistas que participaron en la cobertura. El conductor Carlos Loret de Mola declaró que desconocía que se trataba de una escenificación y que fue engañado por los mandos federales de ese entonces.
La transmisión mostró a ambos presuntamente liberando a tres personas secuestradas. Las imágenes se viralizaron rápidamente y sellaron en la opinión pública la idea de que ambos eran responsables de los delitos imputados, sin que mediara un juicio previo.
El proceso judicial de Cassez-Vallarta
Tras su captura, Cassez fue acusada de pertenecer a la banda de secuestradores “Los Zodiaco”, encabezada —según la versión oficial— por Israel Vallarta.
En 2008, fue condenada a 96 años de prisión, pena que se redujo a 60 años por limitaciones del marco legal mexicano.
Durante el proceso, Cassez insistió en su inocencia. Declaró que no participó en secuestros ni en actividades delictivas, y que la única razón por la que estaba involucrada era su relación personal con Vallarta.
Por su parte, él también negó que su pareja tuviera conocimiento o implicación en actividades criminales. No obstante, las víctimas de los secuestros la identificaron, principalmente por su voz y comportamiento, no por su presencia directa.
La intervención de la Corte y la liberación de Cassez
En 2013, tras años de apelaciones y presión diplomática por parte del gobierno francés, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el proceso contra Cassez había estado plagado de irregularidades.
Entre ellas, se incluyó la escenificación del operativo, la negativa a notificar de inmediato a las autoridades consulares francesas y la presentación de pruebas obtenidas de forma ilícita.
El fallo de la Corte anuló la sentencia sin entrar al fondo del asunto, es decir, no se declaró su inocencia ni culpabilidad.
Se argumentó que la violación al debido proceso era suficiente para invalidar la condena.
Florence Cassez fue liberada el 23 de enero de 2013 y repatriada a Francia ese mismo día.
Vallarta estuvo 20 años sin sentencia
Mientras que Florence Cassez logró recuperar su libertad gracias a la intervención de la Corte y el respaldo diplomático de Francia, Israel Vallarta permaneció en prisión preventiva durante casi dos décadas.
Su caso fue denunciado en múltiples ocasiones por organizaciones de derechos humanos y por el Comité contra la Tortura de la ONU, debido a las condiciones de su reclusión y la falta de sentencia.
El 31 de julio de 2025, una jueza federal dictó su absolución al no encontrar pruebas concluyentes que lo vincularan con los delitos de secuestro, delincuencia organizada y posesión de armas.
El tribunal también tomó en cuenta las denuncias de tortura a las que fue sometido, mismas que nunca fueron adecuadamente investigadas por la Fiscalía General de la República.
Consecuencias políticas y mediáticas
El caso Cassez-Vallarta tuvo amplias repercusiones. En lo diplomático, generó tensión entre México y Francia, cuyo presidente en ese momento, Nicolas Sarkozy, llegó a proponer que Cassez cumpliera su condena en su país de origen.
México rechazó inicialmente esta solicitud, lo que deterioró temporalmente las relaciones bilaterales.
En lo mediático, el caso expuso la facilidad con que las autoridades federales podían manipular a los medios de comunicación.
La revelación del montaje televisivo, sumada a las múltiples inconsistencias procesales, debilitó la credibilidad del sistema de justicia penal y de los actores encargados de garantizarlo.
El documental El caso Cassez-Vallarta: una novela criminal, producido por Netflix en 2022, volvió a poner el tema en la agenda pública, mostrando las fallas sistemáticas en la impartición de justicia en México y cómo un vínculo amoroso terminó en uno de los expedientes judiciales más delicados del país.
Con información de Excélsior