Shanni Mora Fajardo y Rosa Mendoza Sosa desarrollaron un filtro casero para reutilizar el agua desperdiciada de los talleres de artesanos de Teotitlán del Valle, Oaxaca, cuando eran estudiantes de bachillerato.
Su iniciativa escolar las hizo acreedoras al Premio Nobel del Agua (Stockholm Junior Water Prize), en 2024.
El 27 de agosto de ese año, la princesa Victoria Ingrid Alice les entregó el Diploma de Excelencia en el certamen en su versión juvenil, en Estocolmo, Suecia.
Tras ganar el concurso internacional, autoridades gubernamentales e iniciativa privada, dentro y fuera de Oaxaca, les prometieron incentivos para que continuaran con sus estudios académicos, así como mejoras para su plantel; sin embargo, esto no se cumplió.
Al regresar a México, universidades públicas y privadas se nos acercaron, nos propusieron incluirnos en sus programas de becas, lo que nos animó”,
Al obtener el diploma no hubo un premio económico adicional; no obstante, las instituciones educativas les llegaron a garantizar una beca completa; una de las cuales cuenta con una red de campus en diferentes ciudades del país, junto con programas internacionales.
Antes de la ceremonia de graduación del Bachillerato Integral Comunitario de Oaxaca (BIC), ubicado en Teotitlán, Shanni con promedio de 9.5 buscó a las personas que les prometieron la beca universitaria aplicable al campus y carrera de su elección, con un año de hacerla efectiva, pero la respuesta que obtuvo fue distinta a la esperada.
Excelsior