Los talibanes torturaron y amenazaron a afganos que fueron repatriados a la fuerza desde Irán y Pakistán debido a su identidad o a su pasado, según un reporte de Naciones Unidas publicado el jueves.
Pakistán e Irán están expulsando a millones de afganos que, según dicen, viven de forma ilegal en sus países. Las autoridades afganas han instado a sus ciudadanos a regresar y prometieron una amnistía para todos los que se marcharon después de que el Talibán tomara el poder en 2021.
Sin embargo, grupos de derechos humanos y la ONU han advertido repetidamente que algunos de los que regresan están en riesgo de persecución debido a su género, a su vinculación con el anterior gobierno respaldado por Occidente o por su profesión.
El informe publicado el jueves por la misión de la ONU en Afganistán indicó que algunas personas han experimentado graves violaciones de derechos humanos, mientras que otras se han escondido o se han trasladado por temor a las represalias de los talibanes.
Las violaciones incluyeron tortura, malos tratos, detenciones arbitrarias y amenazas a la seguridad personal a manos de los talibanes, indicó el reporte.
Un exfuncionario gubernamental contó a la misión de Naciones Unidas que, tras su regreso a Afganistán en 2023, fue detenido y torturado brutalmente con palos y cables. Fue sometido a ahogamiento simulado y a una ejecución simulada.
Una persona no binaria afirmó que fue golpeada de forma severa, incluso con la culata de un arma.
Volker Türk, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, afirmó que nadie debería ser enviado de regreso a un país donde enfrente riesgo de persecución debido a su identidad o pasado. Esto es aún más pronunciado en el caso de las mujeres y niñas afganas, que están sujetas a una serie de medidas “que equivalen a persecución basada únicamente en su género”, añadió.
El Talibán les ha impuesto importantes restricciones, impidiéndoles estudiar más allá de la educación primaria, ocupar la mayoría de los empleos y el acceso a muchos espacios públicos.
En respuesta al reporte, las autoridades talibanas negaron haber maltratado a los afganos retornados y rechazaron las acusaciones de arresto, violencia, intimidación o represalias contra personas debido a su identidad o historia personal.
Afirmaron que a los afganos que regresan desde países vecinos se les proporcionan facilidades relacionadas con documentación, transporte, reasentamiento y otras ayudas legales, mientras que el Ministerio del Interior les ofrece una “cálida bienvenida”.
Además, hicieron un llamado a la misión de la ONU para prevenir las deportaciones forzadas, añadiendo que Naciones Unidas en su conjunto “no debería dudar” en proporcionar las necesidades básicas a los refugiados, como alimentos, medicinas, refugio y educación.
Los afganos que abandonaron su país por millones durante décadas están siendo expulsados en campañas como las de Irán y Pakistán, o enfrentan un futuro incierto debido a la reducción del apoyo a los refugiados.
El lunes, miles de afganos en Estados Unidos perdieron la protección contra la deportación después de que un tribunal federal de apelaciones se negara a demorar la decisión del gobierno del presidente Donald Trump de revocar su estatus legal.
Funcionarios de Seguridad Nacional alegaron en su decisión de eliminar el Estatus de Protección Temporal para los afganos que la situación en su país de origen estaba mejorando. Pero los grupos que ayudan a los afectados sostienen que la nación sigue siendo extremadamente peligrosa.
La suspensión en enero por parte de la Casa Blanca de un programa de refugiados ha dejado a miles de afganos varados, especialmente en Pakistán, y la prohibición de ingreso en el país ha reducido aún más sus esperanzas de reasentamiento en Estados Unidos.
Información de AP News.