La Universidad Pontificia de México fue sede del simposio El Don de la Vida y la Ciencia Moderna: Avances sobre úteros y Placentas Artificiales en Humanos, en donde se abordaron los avances tecnológicos en esta materia, así como las implicaciones éticas relacionadas a la dignidad humana, la vida y el rol de los médicos.
Clérigos y expertos en el tema, entre ellos el cardenal Carlos Aguilar Reyes; María de la Luz Casas Martínez, de la Universidad Panamericana; el cardenal Willem Eijk, arzobispo de Utrecht, en Países Bajos, así como el rector de la Universidad Pontificia de México, Alberto Anguiano, expresaron que es importante preservar el método de embarazo original, dado por Dios como un regalo, asegurando que el primer hogar de todos los humanos es el vientre.
Señalaron que los úteros y placentas artificiales para humanos son todavía una promesa biotecnológica, pero con grandes posibilidades de proteger la vida de neonatos extremadamente prematuros y salvaguardar la salud del producto después de su nacimiento. Sin embargo, esta acción implica también consideraciones éticas, tales como el deterioro de las funciones fisiológicas y la calidad de vida del producto y de sus padres, así como daños psicológicos por no estar en contacto con la madre durante la gestación, entre otras.
Por ello, el cardenal Willem Eijk, doctor en Medicina y Filosofía, y referente para asuntos médico-éticos de la Conferencia Episcopal de su país, consideró que los úteros y placentas artificiales merecerán un uso obligado si ayudan a preservar la vida del neonato y asegurar su salud, en una relación proporcionada con posibles efectos secundarios, complicaciones o costo del tratamiento consideró éticamente ilícita esta técnica si se usa para evitar la estancia natural del hijo en el útero de la madre para llevar el embarazo por medio de un cultivo artificial.
Entre los beneficios del embarazo, mencionaron que las células fetales son capaces de contribuir de manera positiva al cuerpo de la madre, ya que éstas son capaces de rejuvenecer y mantenerse sana, hasta de generar protección frente al cáncer de mama.
Excelsior