Un toque de queda nocturno entró en vigor este martes en el centro de Los Ángeles, tras varias noches de protestas contra las redadas migratorias del presidente Donald Trump, quien escaló su retórica contra las manifestaciones.
Saqueos y vandalismo han dejado huellas en el corazón de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, donde algunas de las protestas, en su mayoría pacíficas, se han tornado violentas al caer la noche. El presidente republicano las ha calificado de invasión de un «enemigo extranjero».
La restricción, en vigor desde las 8:00 p.m. hasta las 6:00 a.m., afecta una zona delimitada por las autopistas 5, 10 y 110. Solo se permitirá el tránsito de residentes, trabajadores esenciales, personas sin hogar y medios acreditados, según detallaron las autoridades en conferencia de prensa.
Unos 2.5 kilómetros cuadrados de los más de 500 que abarca la metrópolis californiana permanecerán acordonados hasta las 06:00 am del miércoles excepto para los residentes, periodistas y servicios de emergencia, añadió.
Un manifestante dijo que los arrestos de migrantes en una ciudad con una gran población nacida en el extranjero y de origen latino son la raíz del descontento.
La decisión surge luego de cinco noches consecutivas de protestas en las inmediaciones del ayuntamiento, la corte federal y Union Station, donde miles de personas se congregaron en rechazo a la operación nacional contra migrantes irregulares.
Protestas migrantes: violencia, detenciones y respuesta policial
La jornada del lunes por la noche fue la más tensa: se registraron más de 150 detenciones, 34 personas resultaron heridas (incluidos 6 policías) y al menos 23 negocios fueron saqueados o vandalizados, de acuerdo con el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD).
Varios enfrentamientos estallaron entre grupos de manifestantes y unidades antidisturbios, que utilizaron gases lacrimógenos y proyectiles de goma.
Imágenes difundidas en redes sociales mostraron escenas caóticas: contenedores incendiados, tiendas de tecnología con cristales rotos, y columnas de humo saliendo de edificios del distrito financiero.
Además del LAPD, la ciudad cuenta con el apoyo de 4 mil miembros de la Guardia Nacional y 700 marines, desplegados desde instalaciones federales en California.
Trump defiende las redada
Las protestas se originaron tras el anuncio, la semana pasada, de una nueva fase de redadas migratorias por parte del gobierno federal, dirigidas a migrantes con órdenes de deportación pendientes. El presidente Trump ha defendido con firmeza la operación.
La reacción del presidente ha sido criticada por organizaciones defensoras de los derechos humanos, que denuncian la “militarización de la inmigración” y advierten sobre la criminalización de comunidades vulnerables.
La ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles) calificó las redadas como “abusivas y discriminatorias”.
Este nuevo episodio de tensión recuerda a los disturbios sociales de años anteriores, cuando Los Ángeles fue escenario de marchas masivas por la reforma migratoria. Hoy, el tema vuelve al centro del debate nacional, a solo meses de las elecciones presidenciales de noviembre.
Por ahora, la ciudad permanece en alerta. El toque de queda seguirá vigente “hasta nuevo aviso”, según informó el ayuntamiento. Los residentes, comerciantes y migrantes permanecen entre la incertidumbre, la vigilancia militar y una ola de indignación.
Excelsior