Se sabe que este importante sitio es resguardado por un grupo de lomitos que, a diferencia de las personas, sí tienen permitido subir al Templo de Kukulcán, reconocido como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Ahí se les puede ver merodeando la pirámide y reposando en las alturas.
Así fue como, en redes sociales, comenzó a circular una imagen que ha conmovido a miles de internautas: se observa a «Osita», una de las fieles perritas guardianas de la zona arqueológica, captada mientras disfrutaba del cielo nocturno, como si también cuidara de las estrellas.
En las imágenes, tomadas por el vigilante nocturno de las pirámides, José Keb, se ve a la perrita muy atenta, contemplando la Luna en medio de la oscuridad de una noche tranquila. En otras fotos, aparece observando el amanecer aún brumoso desde las alturas del Templo de Kukulcán. Las imágenes han llegado al corazón de decenas de amantes de los animales.
Pero Osita no es la única que merodea y cuida Chichén Itzá. En el lugar también habitan Cachimba y Pintorín, quienes fueron adoptados por José Keb y ahora también se han convertido en guardianes del sitio.
De acuerdo con información compartida en redes sociales, durante el día los tres perritos recorren libremente la zona arqueológica. Suben y bajan por las pirámides, caminan por sus pasillos y reciben agua, alimento y cariño de los visitantes y turistas.
Don José es el encargado de cuidar a los perritos y, como recompensa, ellos lo acompañan siempre durante las largas horas que pasa solo, en compañía de sus tres fieles amigos.
Excelsior