Aún no llegan las altas temperaturas, y el panorama en la sierra Tarahumara, en Chihuahua, ya es desolador.
La comunidad de Choguita luce un escenario desolador. Aquí viven unas 300 personas, todas ellas rarámuris.
Su principal fuente de agua para consumo humano está casi agotada. El vital líquido lo extraen con bombas mecánicas, pero rara vez logran obtener lo suficiente… apenas alcanza para unas cuantas familias.
Una pareja rarámuri trabaja la tierra completamente seca. Con la ayuda de un caballo débil, intentan barbechar el campo que alguna vez les dio su alimento: maíz y frijol.
Con esperanza, siembran lo poco que les queda, esperando que las lluvias lleguen… y que el fruto no se pierda.
La sequía está dejando estragos no sólo en el campo y la ganadería. Los bosques también están siendo devastados por incendios forestales.
Controlarlos se ha vuelto casi imposible: la falta de agua, la sequedad del terreno y la acumulación de maleza inflamable podrían agravar aún más la emergencia cuando las altas temperaturas lleguen.
Excelsior