El Partido Liberal de Mark Carney ganó las elecciones legislativas celebradas en Canadá, aunque tendrá que gobernar en minoría.
Tras conocer su victoria, Carney prometió que gobernará «con todos los partidos y todos los territorios y la sociedad civil», en un mensaje pensado para reforzar la unidad nacional.
«Ganaremos esta guerra comercial», declaró Carney a una multitud entusiasta en Ottawa, donde advirtió de los días «desafiantes» por delante, debido a los aranceles y las amenazas de anexión de Trump.
«Ya superamos el shock de la traición estadounidense, pero nunca debemos olvidar las lecciones», agregó.
Su primer reto es sentarse ahora con Trump y negociar «entre dos naciones soberanas» la nueva relación económica y en materia de seguridad que los dos países tendrán en el futuro.
Otros retos
Trump es el más importante, pero no el único desafío al que se enfrenta este economista, un católico practicante de 60 años, casado y con cuatro hijos.
Carney tiene también que dar respuesta al profundo descontento de la población canadiense con muchas de las políticas de su antecesor, que han provocado un fuerte aumento del costo de la vida que amenaza la prosperidad de muchas familias, una vivienda inasequible para millones y una inmigración astronómica.
Le toca además respaldar con hechos la imagen de unificador que se ha ganado en las últimas semanas y detener las tendencias centrífugas de Alberta, en el oeste, y Quebec, en el este, y que pueden amenazar el concepto mismo de Canadá
El líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, reconoció la victoria de su rival liberal y prometió que continuará al frente del partido en una oposición que exigirá la rendición de cuentas al Gobierno.
Con información de DW.