Cristóbal Ortega era de esos tipos distintos. De los que escasean en el balompié mexicano. Un triunfador empedernido. Falleció este miércoles 2 de enero a los 68 años de edad tras varios problemas de salud, pero su legado permanecerá por siempre.
Fue el América el que descubrió a Cristóbal y no Cristóbal el que descubrió al América, decía Ángel Fernández. Fue un amor incondicional que lo llevó a permanecer 18 temporadas y 711 cotejos. El tipo que más partidos ha jugado con el América y que más títulos ha conseguido, con 14.
Ortega fue futbolista del América desde la temporada 1974, donde debutó bajo las órdenes de José Antonio Roca, hasta el final de la temporada 1992. Un símbolo del americanismo.
“Lo económico siempre es un tema para los futbolistas, pero jugadores como Cristóbal Ortega se arraigan en un club, entregados siempre a una institución. Encontrar a tipos fieles a una sola playera es muy difícil de ver ahora”, recuerda Carlos de los Cobos, su compañero y amigo por años, en charla con Excélsior.
De los Cobos y Cristóbal Ortega fueron parte del plantel de la Selección Mexicana del Mundial de 1986 y recuerda que era un líder nato en el vestidor.
“En algún momento del partido se acercaba a corregirte, te pegaba un grito si era necesario. Fuera y dentro de la cancha era un caballero. En la actualidad, Henry Martín tiene ese perfil de un chico ganador que le ha dado alegrías a la afición, líder en el vestidor. En nuestra época, era Ortega y Alfredo Tena nos arropaban y exigían y el grupo les tenía mucho respeto”, menciona. Ortega dejó las vitrinas llenas en Coapa: logró seis títulos de Liga, tres Campeón de Campeones, dos Copas Interamericanas y tres Copas de Campeones de la Concacaf.
“Su legado y amor por el equipo quedarán grabados para siempre en la historia de nuestro club y en el corazón de nuestra afición”, comunicó el Club América, que dio a conocer la triste noticia.
Amigos y rivales
La final de la temporada 1983-84 fue entre el América y el Guadalajara, con triunfo de las Águilas. Fernando Quirarte, leyenda de las Chivas y rival de Cristóbal Ortega, recuerda cómo era enfrentarlo. Fueron partidos intensos y de mucha batalla.
“Fue partícipe de esas broncas que se daban en los clásicos. Era un jugador que siempre iba a dar su 120 por ciento, entregaba todo en la cancha. Pocas veces se ve un jugador como él”, refiere Quirarte. Ya retirados, dice, hicieron amistad al calor de los recuerdos.