Estaba previsto que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, subiera al estrado como testigo el martes por primera vez en su juicio por acusaciones de corrupción.
Esto sumado a la guerra que lidera en Gaza y una orden de arresto internacional por cargos de crímenes de guerra.
Netanyahu está siendo juzgado por acusaciones de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en tres casos separados.
Ante esto el primer ministro niega haber cometido delitos, pero su aparición en el estrado será un punto bajo en sus décadas de carrera política de décadas, un contraste con la imagen de líder sofisticado y respetado que ha intentado cultivar.
El juicio ocupará gran parte del tiempo de Netanyahu en un momento crucial para Israel. Mientras se defiende durante semanas desde el estrado, seguirá encargado de gestionar la guerra en Gaza, mantener un frágil alto el fuego con el grupo político y militar libanés Hezbollah y estar atento a otras amenazas de Oriente Medio en general, lo que incluye a Irán.
Será la primera vez que un primer ministro israelí se presenta como acusado en un juicio penal, y Netanyahu ha buscado retrasar los procesos de forma reiterada, citando la guerra en Gaza y preocupaciones de seguridad.
Los jueces ordenaron que el juicio se reanude el martes, trasladando los procedimientos a una cámara subterránea en un tribunal de Tel Aviv como medida de precaución de seguridad.
La aparición de Netanyahu en la sala del tribunal también llamará la atención sobre otros problemas legales en el entorno del líder israelí.
Asesores cercanos en su oficina están envueltos en una serie separada de escándalos que implican información clasificada filtrada y documentos falsificados.
Aunque no se sospecha que Netanyahu esté directamente involucrado en esos, podrían debilitar su imagen pública.
Con información de AP News.