El Parlamento británico aprobó en primera lectura un controvertido proyecto de ley que permitiría la muerte asistida para pacientes terminales en Inglaterra y Gales. Con 330 votos a favor y 275 en contra, la propuesta busca permitir el suicidio asistido a personas con un pronóstico de vida no mayor a seis meses, siempre que puedan expresar su decisión de manera clara y cuenten con la aprobación de dos médicos y un juez.
Detalles de la propuesta
Impulsado por la diputada laborista Kim Leadbeater, el texto ha sido presentado como uno de los más rigurosos del mundo en esta materia. Según Leadbeater, el proyecto tiene como objetivo garantizar “elección, autonomía y dignidad” a pacientes en fase terminal. Además, señaló que la legislación actual es confusa y no protege a pacientes ni familias, llevando a algunos a tomar decisiones desesperadas.
En su intervención, la legisladora compartió el caso de Norman, un hombre que, tras años de padecer cáncer de próstata y enfrentar un dolor insoportable, se quitó la vida en su jardín. Con historias como esta, la diputada enfatizó la necesidad de regular la muerte asistida para evitar tragedias similares.
Un debate cargado de emociones y divisiones
El proyecto ahora será revisado en comisión antes de ser debatido nuevamente en ambas cámaras del Parlamento. A pesar de que su promotora es laborista, el gobierno de ese partido no ha respaldado oficialmente la propuesta, dejando la decisión a las convicciones personales de los legisladores.
La división no solo se da entre partidos, sino también dentro de ellos. Mientras el ministro de Salud, Wes Streeting, expresó su oposición, el ex primer ministro conservador David Cameron, quien rechazó una propuesta similar en 2015, ahora votará a favor. Por su parte, Boris Johnson, también ex jefe de gobierno, mantiene su postura en contra.
Preocupaciones éticas y económicas
El debate ha estado marcado por preocupaciones sobre posibles abusos hacia personas vulnerables, así como el impacto económico en un sistema público de salud en crisis (NHS). Líderes religiosos han advertido que algunas personas podrían sentir “la obligación de morir” para no ser una carga para sus familias.
Otros sectores han pedido priorizar la financiación de los cuidados paliativos antes de avanzar hacia la legalización de la muerte asistida. Katie Reade, de la organización Hospice UK, resumió:
“Todos estamos de acuerdo en que se necesita más inversión en cuidados paliativos y de fin de vida”.
La propuesta se enfrenta ahora a un proceso legislativo complejo e incierto, marcado por divisiones políticas, éticas y sociales.
Excelsior