La agencia calificadora Moody’s cambió la perspectiva de calificación crediticia del Gobierno de México de estable a negativa, ante un debilitamiento de la políticas y marcos institucionales que pone en riesgo los resultados fiscales y económicos.
Moody’s Ratings calificó la nota soberana de México a largo plazo como “Baa2”, lo que significa que está sujeta a un riesgo crediticio moderado y pueden tener características especulativas, pero mantiene la capacidad para reembolsar sus obligaciones a corto plazo.
«El deterioro de la capacidad de pago de la deuda y la mayor rigidez del gasto público dificultan la consolidación fiscal, tras la ampliación del déficit público este año, lo que supone una desviación de la trayectoria de larga data de déficits bajos independientemente de las presiones económicas”, explicó la firma.
Moody’s también advirtió que la reforma al Poder Judicial podría derivar en la erosión de los controles y contrapesos del sistema judicial del país, con un posible impacto negativo en la solidez económica y fiscal del país.
Sobre esa reforma, Moody’s advirtió que tiene “el potencial de alterar materialmente los controles y contrapesos y el entorno operativo empresarial del país. Si bien nuestra evaluación de la calidad ya es baja en comparación con las de sus pares, se plantea la cuestión de si un mayor deterioro del marco de formulación de políticas y de la independencia del sistema judicial podría limitar la capacidad del gobierno para abordar los crecientes desafíos crediticios.
“En la firma consideramos que la capacidad del gobierno mexicano para lograr una consolidación fiscal material se verá limitada como consecuencia de las reformas, ya que la posición fiscal del gobierno se ha debilitado en 2024 y el déficit se amplió a más del 5% del PIB.”
Moody’s puntualizó que, si bien la carga de la deuda sigue siendo relativamente moderada, la asequibilidad de esta también se ha debilitado en los últimos años.
“La relación intereses/ingresos alcanzó el 15% en 2023, en comparación con el 10% antes de la pandemia, y pronosticamos que se mantendrá entre el 15% y el 16% en los próximos años”.
Además, la firma advirtió sobre la posibilidad de que los pasivos contingentes derivados de Pemex (que tiene una calificación negativa B3) se materialicen en el balance del gobierno sin que se restablezca la sostenibilidad de su deuda a largo plazo, lo que mantendría los riesgos fiscales para el gobierno.
Con información de Proceso.