Lions hace de la efectividad su mayor virtud. Con sigiloso andar ha cubierto el primer tramo de la temporada de la NFL como el mejor equipo de la Conferencia Nacional y como el segundo más enrachado, únicamente opacado por el intratable paso del campeón Chiefs.
Detroit repite el exitoso andar que la campaña pasada lo llevó a ser el equipo revelación al alcanzar el duelo por el campeonato de la Conferencia Nacional y caer en el umbral para disputar el primero de sus Super Bowls.
Desde la posición más alta en la Nacional, después de disfrutar de una marca de 6-1 y una racha de cinco triunfos (el más reciente por paliza de 52-14 ante Titans), Lions presume la ejecución por encima de estrellas, al no contar con ningún jugador que destaque entre los líderes en estadísticas.
El quarterback Jared Goff ha cambiado de ese pistolero en sus primeras campañas con Rams, en las que hacía lucir su brazo, a uno que evita los errores. Goff marcha en la decimocuarta posición entre los QB con 1,695 yardas por pase; es octavo con 13 pases de TD y apenas ha sufrido cuatro intercepciones.
Las modestas, pero efectivas, estadísticas de Goff se replican con el resto de jugadores relevantes a la ofensiva.
El corredor Jahmyr Gibbs emerge en su segunda campaña como líder en el ataque terrestre con 591 yardas (séptimo) y seis TD (sexto) cuando apuntaba a ser la segunda opción por detrás de David Montgomery.
En el ataque aéreo Amon-Ra St. Brown es la principal figura con discretas aportaciones de 408 yardas (vigesimosexto) y cinco TD (cuarto).
Lions se las ha arreglado para saldar con triunfos la mayoría de sus juegos. A estas alturas tenían marca de 5-Dan Cam2 la campaña pasada, que terminaron con 12-5, y habían hilvanado cuatro triunfos antes de caer en la semana 7.
Sin importar ser el sexto mejor ataque en yardas por partido (385.1) son el que más puntos promedia por juego (33.4) para superar a varios de los mejores ataques con los que cohabitan en la Nacional como lo son los de 49ers, Buccanners o Commanders.
El coach Dan Campbell disfruta su cuarta campaña en los mandos de Detroit; en su primer año apenas ganó tres partidos, pero comenzó fortalecer los cimientos con miras al futuro, en el que el año pasado volvieron a jugar en la postemporada luego de un largo ayuno de seis años.
Lions de esta temporada lleva una trayectoria en ascenso, la cual puede romper su propio techo de cristal en el que se estrellaron el año pasado y por fin alcanzar por primera ocasión en la historia de la franquicia un Super Bowl.
