El traje de charro se ha convertido en un símbolo de México tanto dentro como fuera de las fronteras. Incluso en algunos sitios se cree que es el traje típico nacional.
Lo cierto es que desde el siglo 16, cuando aparecieron las primeras imágenes que hablaban de este traje, propio de la gente que habitaba en el campo, su popularidad permitió replicarlo en zonas amplias del occidente y centro del país.
Su establecimiento como hito nacional tardó varios siglos en fraguarse, y no fue sino hasta principios del siglo pasado cuando alcanzó un estatus importante en las principales ciudades del país.
La aparición de la comedia ranchera en el cine mexicano, a finales de la década de los 30, hizo el resto del trabajo para hacer de este traje, casi nunca humilde, un sinónimo de lo mexicano en el extranjero.
Raíces europeas
El desarrollo de la charrería y la actividad ganadera en el país está íntimamente ligada a la llegada de los europeos al continente. De hecho, antes de la Colonia no había caballos, vacas o gallinas de este lado del mundo.
Según un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, el antepasado directo de este traje nace, precisamente, en Salamanca, España, a cuyos habitantes se les conoce con el gentilicio de charros.
El traje charro nació en el siglo 12 y muestra pocas diferencias con el traje mexicano: consta de un pantalón con charreteras o adornos, casi siempre metálicos, camisa blanca y una chaquetilla a las costillas, todo ello tocado con un sombrero de ala media y repunte cónico.
De hecho el sombrero llegó a Salamanca y al sur de Castilla-La Mancha gracias a los bereberes del norte de África, quienes usaban un tocado de fieltro o piel con abalorios cuando avanzaron durante la conquista árabe de la Península Ibérica.
Entre chinacos y nobles
Posiblemente usado por los criollos y europeos durante la Colonia, el traje de charro se fue adaptando a las condiciones de la Nueva España. Sin embargo, la mayoría de estudiosos coincide que el traje moderno tiene dos padres.
Uno de ellos sería la chinaca, nombre con el que se conocía a los cuerpos irregulares de jinetes que pelearon al lado de Benito Juárez, sobre todo en Michoacán, Jalisco y el norte del Estado de México. Su traje consistía en charreteras y chaquetilla de gamuza y un sombrero plano y de ala ancha.
Curiosamente, el contrincante histórico de Juárez, Maximiliano de Habsburgo, es considerado el otro padre del traje de charro. Se dice que, buscando un icono que uniera la idea imperial con algo tradicional del país, el emperador optó por desarrollar un traje típico.
Así nacieron los elegantes trajes con bordados de plata u oro, hechos de terciopelo o gamuzas finas, las cuales se complementaban con chaquetillas tipo bolero, a la usanza castellana, también bordadas como los sombreros anchos a juego.
La consolidación del icono
Lo cierto es que el traje, con uno u otro origen, logró echar raíces, sobre todo en los latifundios del occidente del país, donde se adaptó hasta hacerse un traje de faena para los caporales y dueños de haciendas.
La primera asociación de charros nació en Jalisco en 1921, aunque se formalizó hasta 1939.
Curiosamente, durante ese mismo año, llegó a los cines Allá en el Rancho Grande, considerada la primera película del género comedia ranchera y la cual inició la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, la cual retomaba la nostalgia por lo rural luciendo los trajes de charro que, desde entonces, representan al país en todo el mundo.
¿Cuáles son los tipos de trajes de charro?
Dependiendo el uso, existen cinco tipos de trajes de charro:
- De faena. Consta de pantalón y chaqueta de casimir, camisa generalmente blanca y moño de rebozo. Sombrero generalmente de fieltro, sin adorno
- De media gala. Pantalón de casimir con dos botones y adornos en los costados, chaqueta del mismo material con adornos y camisa de cuello volteado. Sombrero amplio, con bordados moderados
- De gala. Tiene tres piezas: pantalón con botonadura completa, chaqueta y chaleco de lana con bordados y adornos, además de camisas generalmente blancas. Sus sombreros son bordados de pita
- De gran gala. Pantalón y chaqueta de gamuza, bordados con hilo de oro o plata, botonadura de lujo y sombrero a juego, rematado de oro
- De etiqueta. Siempre es negro, consta de pantalón y chaqueta de lana negra con aplicaciones de seda, oro y plata, botonaduras en los mismos materiales y sombrero finamente bordado en ala, copa y cuerpo.
Con información de El Heraldo.