Oksana Masters, paratleta estadunidense nacida en Ucrania, ganó el oro en la contrarreloj H4-5 este miércoles en París y consigue así su séptimo título paralímpico, el tercero en ciclismo.
Ella compite en la categoría de parapléjicos con bicicletas de mano para deportistas con lesión medular o amputaciones que no pueden utilizar las piernas para pedalear.
Oksana Masters revalidó el título que ya consiguió en Tokio 2020 al imponerse por seis segundos a la neerlandesa Chantal Haenen.
“No pensé que fuera posible el estar aquí y con mi prometido presente”, declaró al acabar la carrera.
“Los gritos que escuché a la llegada de meta por mi victoria casi me dejan sorda”, añadió la deportista, que no olvida sus raíces.
“Voy a donar las ganancias de mis premios a un orfanato en Ucrania; cuando tienes una motivación tan grande detrás, nada puede hacerte daño”, subrayó.
OKSANA MASTERS, UNA VIDA LLENA DE DIFICULTADES
“Tengo la suerte de estar en el equipo de Estados Unidos y de tener el respaldo del equipo ucraniano”. Nacida en Ucrania, adoptada por una estadunidense cuando era pequeña, Masters también competirá en la prueba en ruta H5 y en el relevo por equipos.
Con sus ya 18 medallas paralímpicas ganadas en cuatro deportes diferentes entre deportes de invierno y de verano, Oksana Masters es una leyenda del paradeporte.
Competirá en París dos años después de hacer un triplete en los Juegos de Invierno en Pekín al ganar dos oros y una plata en biatlón.
En las carreteras de Clichy-sous-bois, en las afueras de París, también tiene en mente el amarillo y azul de Ucrania, invadida hace dos años por Rusia.
“Los ataques que suceden en Rusia ahora son tan fuertes” como al principio del conflicto, denunció en abril en una comparecencia ante la prensa de la delegación estadunidense paralímpica.
En su perfil en Instagram se pueden ver sus dos banderas: la de su país de adopción y la de su lugar de origen, donde ella pasó sus primeros años que fueron muy difíciles.
Oksana Masters nació en 1989 en Khmelnitski, a unos cientos de kilómetros de Chernóbil, donde tres años antes se produjo la catástrofe nuclear.
Probablemente afectada por la radiación, nació con varias malformaciones como defectos en los dedos de las manos y los pies, sin tibias y con una pierna más corta que la otra. Unos años más tarde le tuvieron que amputar las dos piernas.
Oksana Masters fue abandonada nada más nacer “ya que sus malformaciones requerían de mucha atención médica”, explica la atleta en su página web, donde habla de que pasó sus primeros 7 años en diferentes orfanatos en los que sufrió violencia y abusos antes de ser adoptada por la estadunidense Gay Masters, que salvó su vida.
No obstante, Masters espera reencontrarse con su familia biológica y volvió a Ucrania por primera vez en 2015.
FELICITACIONES UCRANIANAS PARA OKSANA MASTERS
Comenzó con el remo siendo joven y ganó en los Paralímpicos de 2012 una medalla de bronce. Después, encadenó juegos de invierno y de verano y ganó títulos en ski de fondo (Pyeongchang 2018), en ciclismo en los Paralímpicos de 2020 y consiguió dos oros y una plata en biatlón en los Juegos de Invierno de Pekín en 2022.
En China, compitió tan solo unos días después de la invasión rusa de Ucrania. Ganadora en el sprint (sentada), dedicó su medalla “tanto al equipo de Estados Unidos como al de Ucrania”.
“Estoy muy orgullosa de ser ucraniana. Todo lo que aprendí como atleta, resiliencia, lucha y trabajo duro, lo aprendí de Ucrania”, declaró durante los Juegos.
Un discurso que nunca ha cambiado, ella misma admite que también la animan los atletas ucranianos.
“Tengo la suerte de estar en el equipo estadunidense y de tener el respaldo del ucraniano, el comité paralímpico me envía siempre mensajes de felicitación”, indicó.
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