Kamala Harris cerró la Convención Nacional Demócrata aceptando oficialmente su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, con una promesa clara: evitar el retorno del caos que, según ella, dejó el republicano Donald Trump.
En su discurso en el United Center de Chicago, Harris señaló que Trump «no es una persona seria» y que su retorno a la Casa Blanca traería consecuencias graves, recordando no solo el caos de su administración, sino también los eventos que sucedieron después de su derrota electoral.
Harris, la primera mujer negra nominada por el Partido Demócrata para la presidencia, enfatizó su compromiso de representar a todos los estadounidenses, sin importar partido, raza, género o idioma.
Durante su discurso, criticó el historial de Trump, mencionando sus condenas legales y acusaciones de abuso sexual, y advirtió que un segundo mandato de Trump solo beneficiaría a él y a sus amigos multimillonarios.
La candidata demócrata también agradeció a su esposo Doug, al presidente Joe Biden y a su compañero de fórmula, Tim Walz, por su apoyo incondicional. Recordó cómo las enseñanzas de su familia influyeron en su carrera política y reafirmó su compromiso de luchar por el pueblo estadounidense, destacando la importancia de las próximas elecciones del 5 de noviembre.
En cuanto a política exterior, Harris prometió apoyo inquebrantable a Ucrania y a los aliados de la OTAN. Sobre la situación en Gaza, expresó su compromiso con el derecho de Israel a defenderse y la necesidad de un alto al fuego para poner fin al sufrimiento humano.
El discurso de Harris culminó con una caída de cien mil globos de colores rojo, blanco y azul desde el techo del estadio, marcando el inicio oficial de su campaña presidencial. Mientras tanto, Trump respondió irónicamente al discurso en la plataforma Truth Social.
«Somos los herederos de la democracia más grande del mundo», concluyó Harris, subrayando la importancia de estas elecciones para el futuro de Estados Unidos.
Información de la mano con Excelsior
