Bayos, pintos o negros. México es el centro de origen, diversidad genética y domesticación del frijol. En el país hay presencia de 70 de las 150 especies reportadas en el mundo.
A pesar de ser un alimento que brinda identidad a los pueblos de México y que se cultiva en territorio nacional desde hace más de ocho mil años, el frijol que llega a nuestras mesas proviene en muchas ocasiones de Estados Unidos, es decir, el “frijol gringo” inunda gran parte de la República, como ocurre en la fronteriza Ciudad Juárez.
En 2023, México rompió récord en importación de frijol, con 313 mil toneladas, que equivale a casi la tercera parte del consumo nacional, con un valor de mercado de 369 millones de dólares. Esta cifra representó un incremento de 231.5% en compras al exterior, con respecto a 2022, de acuerdo con datos del Inegi.
Además del Tío Sam, nuestro país recurrió el año pasado a Canadá, Argentina, China, Guatemala y España, para cubrir sus necesidades de frijol.
Hernán Hernández, presidente del Sistema Producto Frijol en Chihuahua, reveló que 2023 fue un año “catastrófico”, para los productores del estado, debido a la falta de lluvias, “y con trabajos logramos guardar frijoles como semillas para poder sembrar este año”.
Excelsior