Texas instaló una tercera barrera de alambre de navajas en el río Bravo (o Grande), en la frontera con México, pese a las críticas del Gobierno mexicano y los riesgos para migrantes, según constató este miércoles EFE en Ciudad Juárez.
Activistas señalaron que estas medidas del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, son «inhumanas» y atentan contra los más vulnerables.
Además de herir a quienes se atreven a cruzar la alambrada y orillar a otros a buscar caminos más peligrosos donde quedan a merced de la delincuencia organizada.
El pastor Francisco González, director de la Red de Albergues Somos Uno por Juárez, indicó a EFE que «es muy lamentable» que Estados Unidos permita estas barreras que han heridos a cientos de migrantes y han provocado la muerte de varios.
“Tenemos grupos de WhatsApp para ayudar espiritualmente (a migrantes), algunos siguen conectando para pedir una oración y son quienes nos comentan, de repente, que les sucedió tal cosa y que sí estuvo más peligroso y por eso tenemos ese dato de heridos», indicó el religioso, quien coordina 12 albergues que reciben a migrantes.
Con información de El Universal.