En el arranque el Timbers mostró iniciativa, ante un León que no se encontraba en el partido, el juego de asociación para Portland en los últimos tres cuartos de cancha era evidente, con Felipe Mora en la descarga de balones hacia las bandas y un Jonatan ‘Cabecita’ Rodríguez peligroso con varios disparos al marco rival pero sin encontrar la puntería adecuada. En el momento menos esperado del encuentro Alan Medina sacó un ‘bombazo’ que se incrustó en las redes de Maxime Crépeau, acción que hizo parecer un cementerio al Providence Park ante un silencio sepulcral que se suscito cuando el León se puso arriba en la pizarra.
Compases más tarde, los Portland Timbers se crecieron en el terreno de juego. Con llegadas y profundidad hacia la meta rival, el impulso de la gente presente comenzó a resucitar el estadio. Las gradas, antes silentes, ahora rugían con una energía renovada en cada movimiento de la escuadra local. El juego en Portland tomó una cadencia distinta y explosiva, un frenesí que se sentía en cada rincón del campo.
Antes de concluir la primera parte, Zac McGraw se suspendió en el aire para conectar un remate de cabeza tras un tiro de esquina, y así igualar el tablero.
El segundo tiempo se tradujo en una contienda de golpe y respuesta por ambos bandos, una danza frenética de determinación, en la que el gol esquivo y caprichoso se negaba a llegar. Las opciones no faltaron en el terreno de juego, donde cada avance se convertía en una promesa, cada disparo y oportunidad de peligro en un suspiro colectivo.
Los delanteros de la Fiera seguían con demostraciones de una inquietante imprecisión cada vez que se acercaban al área rival, de igual forma, el Timbers enfrentaba su propia lucha con la falta de contundencia, especialmente con Felipe Mora, cuyos intentos fallidos se sumaban a la frustración general.
La falta de ritmo en los últimos minutos terminó por cazar a un León que estaba hambriento por definir el compromiso desde la tanda de penaltis. Una acción que la escuadra local aprovechó con astucia, impulsándose hacia el frente con una vigorosa ofensiva que transformó el dinamismo del partido.
Y como suele decirse ‘No hay ciego más tenaz que el que se niega a abrir los ojos’ apareció Zac Mcgraw para castigar nuevamente por medio del balón parado a la escuadra mexicana. Lo que aseguró el destino del equipo visitante hacia una nueva derrota para un equipo mexicano en la Leagues Cup.