La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado al talco como «probablemente cancerígeno» para los humanos. Esta clasificación fue realizada por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC/CIRC), que también ha considerado al acrilonitrilo, un compuesto utilizado en la producción de polímeros, como «cancerígeno«.
Los expertos del IARC, reunidos en Lyon, Francia, publicaron sus resultados en la revista The Lancet Oncology. El talco, un mineral natural extraído en diversas regiones del mundo, se ha etiquetado como «probablemente cancerígeno» basado en estudios parciales en humanos (especialmente relacionados con el cáncer de ovario) y pruebas concluyentes en animales de laboratorio.
La exposición al talco ocurre principalmente en entornos laborales durante su extracción, molienda o procesamiento, así como durante la fabricación de productos que lo contienen. Para la población general, la exposición se da principalmente a través del uso de cosméticos y polvos corporales.
Johnson & Johnson (J&J)
Aunque la evaluación se centró en el talco sin amianto, no se puede excluir la posibilidad de contaminación con amianto en muchos estudios realizados en humanos. En junio, Johnson & Johnson (J&J) llegó a un acuerdo con la justicia de 42 estados en Estados Unidos debido a acusaciones de que su talco causó cánceres.
Una síntesis de estudios de enero de 2020, basada en 250,000 mujeres en Estados Unidos, no encontró un vínculo estadístico entre el uso de talco en las partes genitales y el riesgo de cáncer de ovario. No obstante, desde la década de 1970, ha habido preocupaciones sobre la posible contaminación del talco con amianto.
Por otro lado, la OMS también ha clasificado al acrilonitrilo como «cancerígeno» para los humanos, basado en pruebas suficientes de cáncer de pulmón y pruebas limitadas de cáncer de vejiga. Este compuesto orgánico volátil es utilizado principalmente en la producción de polímeros para fibras de ropa, alfombras, plásticos para productos de consumo y piezas de automóviles. El acrilonitrilo también está presente en el humo del cigarrillo y es una fuente de contaminación del aire.
Información de la mano con El Financiero
