Con un presidente ‘agripado’ y un expresidente a la defensiva, Joe Biden y Donald Trump se enfrentaron en el primer debate presidencial sobre la inflación, la migración, la guerra en Ucrania e Israel y el derecho al aborto en un enfrentamiento que no escapó de los insultos, donde el demócrata le dijo al republicano que era «tonto y un perderdor», y respondió diciendo que era «débil» y un «candidato de China».
Cada una de sus palabras y gestos ya están siendo analizados con lupa por los estadunidenses en un país muy polarizado políticamente donde el voto de los moderados y de los indecisos en noviembre puede ser vital. Ambos se profesan un desprecio mutuo y durante los últimos meses no han perdido ocasión para atacarse verbalmente, como quedó en evidencia desde el principio, cuando evitaron el tradicional apretón de manos.
El debate se produjo cuatro meses antes de las elecciones del 5 de noviembre, marcando el inicio de una intensa campaña electoral. Fue un momento histórico, ya que fue la primera vez que dos presidentes en ejercicio debatieron entre sí. Desde su último debate en octubre de 2020, Trump no había asistido a la toma de posesión de Biden y ambos se han criticado mutuamente desde entonces.
Excelsior