El arzobispo de Burgos, monseñor Mario Iceta, solicitó el lunes a diez monjas clarisas excomulgadas y en abierta rebelión contra el Vaticano, que abandonen su convento en la ciudad española de Burgos. Las religiosas, quienes residen en el convento de Santa Clara en el pueblo de Belorado, fueron oficialmente excomulgadas hace dos días.
«Ante la excomunión y expulsión de la vida consagrada, las diez religiosas carecen de título legal para permanecer en los monasterios y dependencias anejas, por lo tanto, deberán abandonarlos», declaró el arzobispo en una conferencia de prensa. Añadió que si no se produce una salida voluntaria en fechas próximas, se iniciarán acciones legales.
Iceta explicó que no se ha establecido un plazo específico para la salida de las monjas, prefiriendo actuar con prudencia y respeto.
«Esperemos que ellas se den cuenta de que, al no ser ya religiosas, no pertenecen a los monasterios y no deben estar en ese lugar», señaló.
El conflicto surgió cuando las monjas decidieron en mayo abandonar la Iglesia y ponerse bajo la autoridad de un sacerdote excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco, fundador de la «Pía Unión de San Pablo Apóstol» y miembro del movimiento sedevacantista. Esta facción considera herejes a todos los papas posteriores a Pío XII.
El desencadenante fue la anulación de la compra de un convento en el País Vasco español en 2020. Las monjas acusaron a Roma de bloquear la transacción y afirmaron ser perseguidas por su jerarquía. En junio, representantes del arzobispo, acompañados de un agente judicial, intentaron sin éxito recuperar las llaves del convento.
Información de la mano con El Economista