En junio, el mes del orgullo LGBTQ+, las empresas que utilizan símbolos y colores de la comunidad LGBTQ+ solo durante este periodo y los ignoran el resto del año pueden ver afectadas tanto su competitividad en el mercado como su reputación.
El orgullo LGBTQ+ busca visibilizar y exigir igualdad en todos los ámbitos. En México, alrededor de cinco millones de personas se identifican con una orientación sexual y de género LGBTI+, según la Encuesta Nacional sobre la Diversidad Sexual y de Género (Endiseg). Algunas empresas muestran su apoyo con prácticas internas y distintivos que indican inclusión, pero otras caen en el «rainbow washing«.
Este término se refiere a organizaciones que aparentan apoyo por razones de mercadotecnia y financieras. Sin embargo, Alix Trimmer, abogada y fundadora de la firma Laboral Interseccional (LAIN), señala que el rainbow washing no siempre es negativo.
«Aunque ha aumentado el rainbow washing, también hay empresas conscientes que avanzan junto con la presencia visible de la comunidad en los corporativos»,afirma.
El efecto dominó
En calles y centros de trabajo, así como en plataformas digitales, se ven banderas y distintivos de apoyo a la comunidad LGBTQ+. Las empresas que no adoptan estos símbolos o acciones inclusivas pueden ser objeto de críticas públicas. Trimmer explica que la participación de más empresas fomenta el compromiso de otras a crear espacios seguros e inclusivos. «Es un punto de partida, y es realmente más difícil», comenta.
Por otro lado, las empresas que no implementan políticas inclusivas y no apoyan causas sociales enfrentarán dificultades competitivas y menos oportunidades en el mercado.
Consecuencias de una mala ejecución
Empresas que buscan ser inclusivas solo por fines económicos sin implementar prácticas adecuadas verán resultados negativos. Las críticas por un mal manejo del apoyo a la comunidad LGBTQ+ pueden dañar la reputación y crear prejuicios difíciles de superar.
Trimmer advierte que una práctica desafortunada afectará no solo a la comunidad LGBTQ+, sino también a otros grupos vulnerables.
«Los temas están interconectados y una mala gestión de la diversidad en general es como una crónica de un problema anunciado»,relata.
Apoyar el mes del orgullo LGBTQ+ implica una responsabilidad que, si no se maneja adecuadamente, puede repercutir en la opinión pública y evitar que otras empresas quieran asociarse.
Información de la mano con El Economista