Bajo un cielo despejado, los empleados de la principal compañía eléctrica de Florida se enfrentaron a los efectos de un enorme huracán simulado que impactó Miami y Fort Lauderdale.
Aunque el huracán Benito fue ficticio, el ejercicio fue real. Florida Power & Light (FPL) lleva a cabo su simulacro anual de huracanes esta semana para practicar la respuesta ante posibles desastres.
El huracán Benito, con vientos de hasta 215 km/h (135 mph), no azotó realmente el miércoles, pero se imaginó que era más poderoso que los ciclones reales Idalia e Ian, que causaron graves daños en los últimos dos años.
Si Benito hubiera sido real, habría causado aún más daño, ya que su trayectoria imaginaria lo llevó a través de las áreas más densamente pobladas del estado.
El territorio de la compañía FPL abarca la mayor parte de la costa atlántica y del golfo de Florida, donde residen alrededor de 12 millones de personas. Durante el ejercicio, las cuadrillas de FPL evaluaron los supuestos daños y enviaron equipos de reparación, utilizando herramientas modernas como sensores y drones para agilizar el proceso.
Información de la mano El Economista