Vladímir Putin inició este martes su quinto gobierno como presidente de Rusia, en una ceremonia en el ornamentado Gran Palacio del Kremlin, después de destruir a sus rivales políticos, y comenzar la guerra en Ucrania.
“Somos un pueblo unido y grande y juntos superaremos todos los obstáculos y realizaremos nuestros planes. Juntos ganaremos”, dijo Putin tras tomar posesión del cargo.
Desde que sucedió a Boris Yeltsin en la presidencia a finales de 1999, Putin ha transformado a Rusia de un país que salía del colapso económico en un paria que amenaza la seguridad global.
Rusia ha recibido intensas sanciones de parte de Occidente y está recurriendo a otros regímenes como China, Irán y Corea del Norte en busca de apoyo, tras el inicio de la guerra.
Primeros momentos del nuevo gobierno de Putin
Putin aprovechó los primeros instantes de su quinto mandato para dar las gracias a los “héroes” de su guerra en Ucrania y para criticar a Occidente.
Moscú “no rechaza el diálogo con los estados occidentales”, apuntó indicando que “la elección es suya: ¿pretenden seguir intentando contener a Rusia, continuar con la política de agresión, de presión continua sobre nuestro país durante años, o buscar un camino de cooperación y paz?”.
El líder ruso fue recibido con aplausos a su entrada, donde lo esperaban las más de 2.500 personas que, según su vocero Dmitry Peskov. Entre ellas había altos cargos del gobierno ruso y personalidades como el actor estadounidense Steven Seagal.
Rusia y la guerra durante el gobierno de Putin
Poco después de su orquestada reelección en marzo, Putin sugirió que una confrontación entre la OTAN y Rusia es posible, y declaró que quería establecer una zona de seguridad en Ucrania para proteger a su país de los ataques transfronterizos.
En Rusia, su popularidad está estrechamente vinculada a la mejora del nivel de vida de los rusos de a pie.
El martes volvió a prometer un futuro próspero a la población, que desde la invasión de Ucrania ha visto cómo el costo de la vida se ha encarecido.
En 2018, inició su mandato con la promesa de situar a Rusia entre las cinco mayores economías del mundo, apuntando que sería una nación “moderna y dinámica”. En su lugar, la economía rusa ha virado hacia una base bélica, con un gasto récord en defensa.
Los analistas sostienen que ahora que Putin se ha asegurado otros seis años en el poder, el gobierno podría tomar medidas impopulares como subir los impuestos para financiar la guerra o presionar a más hombres para que se alisten en el ejército.
Con el inicio del nuevo mandato, el gobierno se disolverá para que Putin pueda nombrar un nuevo primer ministro y un nuevo ejecutivo.
Uno de los departamentos a tener en cuenta es el Ministerio de Defensa.
El año pasado, el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, se vio presionado por su gestión de la guerra y el líder mercenario Yevgeny Prigozhin lanzó duras críticas en su contra por la escasez de munición para los efectivos de su empresa que combatían en Ucrania.
Tras la muerte de Prigozhin dos meses después en un misterioso accidente de avión, Shoigu parecía haber sobrevivido a las luchas internas.
Putin indicó el martes que seguirá silenciando a sus críticos.
Pidió a los asistentes al acto en el Gran Palacio del Kremlin que recordaran el “trágico costo de la agitación y las convulsiones internas” y dijo que Rusia “debe ser firme y absolutamente resistente a cualquier desafío y amenaza”.
Con información de AP News.