Domingo, nueve de la mañana. Gustavo Lema reúne a sus 22 jugadores en La Cantera. En un día atípico para entrenar, el técnico de los Pumas prepara su primer juego de instancias finales como director técnico. Su próximo rival: La Máquina de Cruz Azul.
Tres horas más tarde, en un caluroso día en la Ciudad de México, Lema recorre la cancha central para acceder a la entrevista exclusiva con Excélsior. Espalda recta, mirada contemplativa y una carcajada acompañada de un “se antoja algo de comer con este horario, ¿no?”. Se sienta relajado platica lo que les transmite a sus jugadores a unos días de enfrentar al sublíder del torneo.
Había tensión y nerviosismo en la previa a meternos a la liguilla, cierta incomodidad por la situación en la que estábamos, pero como siempre dijimos, fue culpa de nosotros. Ahora más allá de que el rendimiento hace unas cuantas fechas viene siendo alto, los noto en su mejor momento y buscamos capitalizar eso en el juego; estamos muy confiados y entusiasmados de estar en la fiesta grande”, mencionó el argentino.
Para Lema y su cuerpo técnico, perder la serie contra Cruz Azul significaría incluso, perder el trabajo y alejarse del sueño que era Pumas al que llegaron vía Antonio Mohamed. Consciente de ello, no es algo que le preocupe, pero sí que le ocupa en la búsqueda de conseguir por lo menos las semifinales como el torneo anterior cuando él estaba en la posición de auxiliar técnico.
Esto es futbol y los resultados son los que mandan. Aquí hay un proyecto del club, estamos todos entusiasmados y muy conscientes de lo que hacemos y de lo que trabajamos, desde la dirigencia, cuerpo técnico y jugadores. Más allá de que esto no depende de mí, no estamos preocupados, pero sí nos ocupa el resultado que es para lo que uno trabaja, pero hay un proyecto detrás, una línea y a eso nos ajustamos”.
Han transcurrido 15 minutos de la entrevista y en la cancha activaron los sistemas de riego que obligan a Lema a correr de prisa para no ser alcanzado por el agua, tal vez muy similar a lo que espera su equipo: huir de la derrota en los cuartos de final.
No me comparen
Gustavo Lema es un obsesivo por el futbol, le gusta estudiar al rival y ser meticuloso en sus conceptos para lograr un partido perfecto. Mucho de esto se debe a los 20 años que vivó cerca de Antonio Mohamed con el que juntos, logaron salir campeones en equipos como Xolos de Tijuana, Rayados del Monterrey y el América.
No me comparen con un técnico multicampeón. Es mi primera experiencia al mando. Este paso fue muy difícil para mí, sobre todo desde la amistad y por los años de trabajo con alguien que estaba muy a gusto, ahora el conformar un grupo nuevo y probar cosas diferentes me siento bien en esta nueva función”, comentó Lema.
Acerca de un posible regreso para volver a trabajar con Mohamed como auxiliar, reconoció que volvería a ser feliz, pero que ha sido una difícil decisión, por lo que no planea dar pasos atrás. “No es que no volvería con él, la pasé muy bien y estoy seguro que si sucediera de nuevo la pasaría bien, pero me ha costado dar este paso, ahora hay que mantenerlo”.
