El gobierno de Texas, a través del Departamento de Seguridad Pública (DPS), retomó las inspecciones exhaustivas a los camiones con carga comercial que ingresen a territorio texano desde la frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua, debido a la “crisis migratoria”.
En ocasiones anteriores estas revisiones se habían implementado por órdenes del gobernador de Texas, Greg Abbott, a manera de “detener el flujo migratorio irregular” que pueda llegar al estado entre las cajas de los tráileres. Sin embargo, el gobierno mexicano y autoridades de transporte alegan las afectaciones económicas que esto provoca por la interrupción del flujo comercial, y, además, las inspecciones realizadas a los tractocamiones son meramente mecánicas, por lo que consideran que son más a manera de ejercer “presión” por la situación migratoria actual que afecta principalmente a la frontera de Juárez-El Paso.
De acuerdo con Manuel Sotelo Suárez, vicepresidente de la Canacar zona norte y presidente de la Asociación de Transportistas de Ciudad Juárez, el pasado sábado iniciaron nuevamente estas inspecciones en el puente Ysleta-Zaragoza, y desde el pasado lunes se extendieron también a Córdova-Américas, y Guadalupe-Tornillo, lo que provoca que los cruces se tarden entre ocho y diez horas.
Sotelo Suárez declaró que, con estos retrasos en los cruces, hay detenidas en Ciudad Juárez mercancías por alrededor de 65 mil dólares cada una.
Excelsior